Si estás preocupado porque tu hijo no siente inclinación por los deportes, explora otras posibilidades que pueden ayudarle a desarrollarse.
El sueño de muchos padres es que sus hijos destaquen en algún deporte específico, pero no todos los niños tienen inclinación al deporte. La web todopapas.com señala que el principal error es pretender que los niños realicen la actividad que quieren los padres. Lo recomendable es tener en cuenta la opinión de los pequeños ya que solo así se implicarán en las actividades extraescolares.
Experiencias distintas. El objetivo primero de estas actividades es que enseñen divirtiendo, es decir, que sean experiencias distintas de las clases convencionales y que favorezcan su desarrollo personal de acuerdo a su carácter, aptitudes y gustos.
¿Alguna actividad en concreto? Pregúntale a tus hijos si tiene interés por alguna actividad en concreto. Es fundamental contar con su opinión favorable, de lo contrario, al poco tiempo se sentirá desmotivado y querrá abandonarla. Si no le gustan o no se siente cómodo con los deportes, puedes optar por actividades intelectuales o artísticas.
Las actividades de carácter artístico favorecen la creatividad, la imaginación, el gusto por la estética y el espíritu de superación.
- Danzas. Permiten conocer el propio cuerpo, aportando flexibilidad, agilidad. Se trabaja la expresión y la comunicación corporal, además favorece la sociabilidad y la memoria. Inculcan disciplina y autocontrol. Pueden empezar a partir de los 3 o 4 años.
- Teatro, literatura. Para los padres tienen la ventaja de que requieren poco gasto económico en material. Para los más pequeños también tienen grandes beneficios: estimulan la mente, fomentan el interés por la lectura, la imaginación, la comunicación, etc. Ayudan a niños tímidos o con complejos físicos.
- Artes plásticas. La pintura, la artesanía, la fotografía, etc. estimulan la capacidad creadora del niño, su destreza manual y visual, la expresión plástica. Es apropiada tanto para niños imaginativos y extrovertidos como para los más introvertidos.
- Música. El estudio de la música desarrolla la memoria, el sentido del orden y la capacidad de atención. Mejora el rendimiento académico y el aprendizaje en otros campos educativos. En los más pequeños suele ser tedioso el estudio de solfeo sin el complemento de un instrumento musical, por lo que se aconseja iniciarse en piano, flauta, guitarra o instrumentos de percusión. Esta actividad es idónea para niños maduros, exigentes, ordenados y meticulosos. Aconsejable a partir de los 4 años.
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