Estos sistemas de seguridad perimetral ayudan a evitar intrusiones, siempre que reciban el mantenimiento correcto.
Las cercos o vallas electrificadas son uno de los sistemas de seguridad más conocidos y usados para proteger el perímetro de una propiedad de intrusiones no autorizadas y robos. Estos cercos permiten resguardar paredes que pueden ser escaladas, balcones y otros puntos vulnerables. Si alguna persona tiene contacto con la valla, recibirá una descarga eléctrica que lo incapacitará temporalmente y lo alejará de la zona. A la vez, activará una alarma (sonora o silenciosa).
Es importante precisar que los cercos eléctricos no están diseñados para soltar descargas letales. También, que tienen su propia fuente de energía, por lo que no dejan de funcionar si se corta el fluido eléctrico de la propiedad.
Estos dispositivos pueden reforzar efectivamente la seguridad de una vivienda o negocio que tenga puntos vulnerables en su perímetro, siempre que reciban mantenimiento periódico para asegurar su correcto funcionamiento. Se aconseja darle servicio al menos una vez año. Si la propiedad está cerca del mar, el mantenimiento debería darse cada seis meses aproximadamente, porque la humedad puede afectar el funcionamiento de los sistemas eléctricos.
De otro lado, es preciso señalar que los cercos eléctricos no son infalibles. Se pueden producir falsas alarmas y se han dado casos en que los delincuentes han encontrado la forma de provocarlas continuamente. Así llevan al propietario de la casa a desactivar el cerco y que la alarma deje de sonar y consiguen que el perímetro quede vulnerable.
Por otro lado, es aún más importante recordar que los ladrones no solamente pueden entrar en una propiedad trepando las paredes; más bien, en muchas ocasiones consiguen entrar por una puerta (incluso la principal). Por eso, proteger el perímetro de una vivienda o negocio no tiene mayor impacto si no se combina con otras medidas de seguridad como, por ejemplo, asegurar bien puertas, ventanas y balcones, y evitar que las llaves caigan en manos de personas extrañas. En combinación con sistemas de alarma con sensores de movimiento, los cercos eléctricos aumentan el nivel de seguridad de una propiedad.
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