Gracias a su buen desempeño escolar, Kari Aymachoqque obtuvo una beca del Estado y logró cambiar la historia de Ccollpayocc.
Kari Aymachoqque –la primera mujer de su comunidad en culminar la carrera técnica de Soporte y Mantenimiento de Equipos de Computación– nació en Cusco y creció entre los extensos campos del distrito minero de Challhuahuacho, a ocho horas de la ciudad de Abancay. En esta modesta comunidad dedicada a la agricultura, fue criada por su mamá Yolanda y su abuela Benedicta, quienes la animaron a considerar la educación como un motor del desarrollo.
El año pasado, con tan solo 20 años, Kari se convirtió en la primera mujer de su comunidad que culminó con éxito una carrera técnica profesional, que tradicionalmente está dominada por hombres, y actualmente trabaja en la formación de su propia empresa y un proyecto web para promocionar el turismo en su distrito. De esta manera, ha logrado lo que tanto su abuela como su madre anhelaban: que Kari tuviera una opción diferente a ser ama de casa.
Al igual que Kari, quien estudió en la sede ubicada en Abancay, a la fecha hay 92 apurimeñas estudiando una carrera gracias al apoyo integral del Estado. De ellas, 65 se forman como profesionales en diversas carreras técnicas, entre las que destacan 14 futuras colegas de la joven. Esta cifra, según Pronabec, casi duplica al número de becarios apurimeños que actualmente estudian Soporte y Mantenimiento de Equipos de Computación: ocho.
“Es importante que nosotras, las jóvenes de las regiones, ganemos más espacios para progresar. Por ejemplo, en mi promoción tuve varias compañeras procedentes de todo Apurímac y fue reconfortante compartir con ellas este anhelo de desarrollarnos en un área de tanta necesidad para nuestros pueblos, como la tecnología y la informática”, cuenta Kari, quien gracias a sus altas notas en el colegio ganó una beca otorgada por el Estado peruano, a través del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.
Educación como sinónimo de desarrollo
Frente a un panorama en el que, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), los índices de pobreza en la región Apurímac oscilaban entre el 32.9% y el 36.2% en el 2018, las palabras de doña Yolanda son prometedoras: Todo lo que se propone, lo hace.
Tanto su abuela como su mamá, quienes trabajaron incansablemente para costear sus útiles escolares, destacan el esfuerzo de Kari para sobresalir y adquirir esta beca, pese a las carencias que tuvieron en casa.
“Con tecnología tendremos mejores servicios y más oportunidades de trabajo, sobre todo para nuestras comunidades”, asegura Kari, quien ha visto que una de las necesidades presentes en Challhuahuacho es la falta de empresas de soporte técnico informático. Por ello, está planeando la creación de una empresa especializada en computadoras, así como un proyecto que empleará páginas web y redes sociales para promocionar los atractivos turísticos de su distrito.
Kari ha marcado la diferencia en el caserío de Ccollpayocc, ya que su iniciativa se convertiría en una importante fuente de trabajo local para sus colegas. Además, según cuenta doña Yolanda, su hija se ha convertido en un ejemplo a seguir para sus tres hermanos, que desde ya han empezado a seguir sus pasos hacia el éxito profesional.
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