Con solo 19 años, Natalia Vargas es la primera peruana en ganar un premio en los Women in Tech Awards, destacando su aporte a la educación científica y su lucha por reducir la brecha de género en la ciencia.
En el Perú, solo el 32% de las personas dedicadas a la ciencia son mujeres, según el Registro Nacional Científico, Tecnológico y de Innovación Tecnológica (Renacyt). Esta cifra refleja una brecha de género que también se observa en la región, donde los estereotipos y la falta de referentes femeninos dificultan que más niñas y jóvenes se interesen en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
A nivel nacional, la inversión en ciencia y tecnología en el país es del 0.15% del PBI, muy por debajo de países vecinos como Brasil (1%). Sin embargo, en este contexto de desigualdad, surgen figuras que rompen barreras y demuestran que el talento y la determinación pueden superar cualquier obstáculo.
Una inspiración para nuevas generaciones
En medio de este panorama, Natalia Vargas, de tan solo 19 años, se ha convertido en un ejemplo de perseverancia al ganar el Aspiring Teen Award en los prestigiosos Women in Tech Global Awards 2024, celebrados en la Asamblea Nacional de Francia. Este premio destaca su iniciativa Astranova, un proyecto educativo que busca acercar a adolescentes peruanos a las ciencias espaciales a través del primer campamento espacial del país, Misión Kosmos.
En declaraciones a Andina, Natalia comentó: “Quería que los chicos adoren la ciencia, pero no a través de charlas convencionales, sino con pasión y como una herramienta para generar cambios”. Su enfoque innovador ha inspirado a cientos de jóvenes, demostrando que la educación STEM puede ser transformadora.
Un logro con impacto global
Para Natalia, este reconocimiento no solo representa un logro personal, sino un símbolo de que las mujeres peruanas tienen mucho que aportar al mundo de la ciencia. “Esa noche de premiación fue mágica. Más que un logro individual, fue un recordatorio de que debemos avanzar juntas, dejando huella en nuestras comunidades”, expresó a Andina emocionada.
Además de su impacto educativo, Natalia ha desarrollado propuestas para la industria aeroespacial, obteniendo la prestigiosa beca International Air and Space Program. Aunque aún busca financiamiento para participar en una experiencia en la NASA, su camino está marcado por metas claras: estudiar ingeniería aeroespacial o astrofísica en el extranjero, áreas que todavía no se imparten en el Perú.
Inspirando el futuro
Con una visión enfocada en cerrar brechas y transformar comunidades, Natalia continúa fortaleciendo Astranova y planea lanzar nuevos programas como un campamento de robótica espacial. Su labor no solo pone en alto el nombre del Perú, sino que también inspira a más niñas y jóvenes a explorar su potencial en la ciencia y tecnología.
En un país con grandes desafíos, Natalia Vargas demuestra que es posible soñar en grande y alcanzar las estrellas. Su historia es un recordatorio de que el talento y la determinación pueden cambiar realidades.
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