Nuevos think tanks peruanos: URBES-LAB

El grupo de investigación URBES-LAB centra su trabajo en el análisis y producción de teoría e historia crítica de la ciudad. La primera vez que me topé con URBES-LAB fue en la premiación del concurso de investigaciones del MIDIS que se celebró en el marco de la Semana de la Evidencia 2019. Inmediatamente, el trabajo y su presentación me llamaron la atención. La comunidad de investigación en temas de políticas públicas en el Perú está compuesta por muy buenos cuadros, pero es muy limitada – poco es o se siente nuevo.

La presentación de Sharo López sobre desplazamientos sociales en el Centro Histórico de Lima causados por el sector privado sí se sintió, y fue, algo nuevo. Recuerdo que esos días venia de leer sobre temas urbanos producidos por think tanks e iniciativas que escribían sobre Lima, pero desde una perspectiva bastante alejada de la realidad; esa que refuerza la idea, falsa, que Lima es plana y que la bicicleta nos va a salvar del caos. El trabajo de URBES-LAB, en cambio, me pareció aterrizado a la realidad.

Y esta conexión con el sujeto u objeto de estudio, por más antiacadémico que parezca, es parte del debate sobre la legitimidad de los centros de investigación y los investigadores, globalmente. ¿Se puede investigar desde la comodidad de la distancia?

Le pedí a Diana Torres, investigadora principal de URBES-LAB que me cuente un poco del grupo. Lo que describe es muy común para las nuevas generaciones de investigadores en el Perú -sobre todo para investigadoras. Pero lo que ilustra es que existen alternativas y que no es necesario replicar modelos pasados.

¿Cuál es el origen de URBES-LAB? 

Desde que entró en vigencia la nueva Ley Universitaria, el Concytec ha estado promoviendo mejoras en la investigación en las universidades públicas. Uno de sus lineamientos es la creación de grupos de investigación para fomentar el trabajo multidisciplinar y mejorar los índices de impacto. En este contexto, en la UNI, el Vicerrectorado de Investigación inició una campaña en el 2017 para la creación de grupos de investigación. Así, inscribimos a URBES-LAB en agosto del 2018. Inicialmente conformado por Sharo López, Daniela Perleche, Wiley Ludeña, Milton Puente y yo -Wiley y Milton pertenecieron por un tiempo al grupo, pero por motivos personales tomaron otros rumbos-. Ahora el grupo está conformado por 17 personas.

¿Qué los motivó a formar URBES-LAB?

Sharo López y yo volvimos a Lima el 2017, luego de estudiar becadas maestrías fuera (Brasil y Chile, respectivamente), por lo que nos dedicamos enteramente al desarrollo académico. Después de estar expuestas a un ambiente académico activo y productivo en Brasil y Chile, volver a Perú nos hizo dar cuenta que había pocos espacios para el desarrollo académico.

Además, en los pocos centros de investigación, los puestos solo eran accesibles por contactos. Sentimos que había una cúpula de "expertos" muy cerrada y liderada por hombres. No había espacio para jóvenes investigadores y menos para mujeres.

Nos propusimos entonces crear un espacio de mayor libertad y con nuevos enfoques teóricos. De todas las posibilidades que pensamos, formar el grupo de investigación en la UNI fue nuestra apuesta. Ambas estudiamos en la UNI y sentimos que era una forma de cambiar las cosas al interior -algo de lo que siempre nos quejamos siendo representantes estudiantiles- y aportar al desarrollo de la universidad pública. 

¿Qué los hace especiales, qué los diferencia de otros centros?

Somos un grupo de investigadores jóvenes que creemos firmemente que se puede transformar el mundo, y para eso hay que pasar de la producción de conocimiento a la acción crítica. Queremos crear sinergias con los múltiples actores, pero sobre todo elevar la conciencia ciudadana. No pretendemos que nuestra producción se quede en papers o bibliotecas; sino transmitir el conocimiento, en lenguaje claro y sencillo, al ciudadano de a pie, que es el sujeto que debe empezar la transformación en la sociedad. 

¿Cuáles son sus objetivos?

Generar un espacio de encuentro, debate, producción de investigaciones y actuaciones sobre temas relevantes de la producción histórica y actual del espacio urbano en el Perú y Latinoamérica, desde sus múltiples actores, en sus diferentes escalas y temporalidades, así como producir y difundir evidencia que permita que los ciudadanos cuestionen la normalidad impuesta, y que los actores de poder puedan tomar mejores decisiones, sobre todo en políticas públicas 

¿Cuál ha sido el principal reto que han enfrentado hasta el momento?

Luchar con la burocracia y los paradigmas de la gestión pública. Los jóvenes somos vistos como inexpertos y hasta ineptos para dirigir investigaciones, y la desigualdad de género imperante. Hemos tenido múltiples problemas con los funcionarios del Vicerrectorado de Investigación de la UNI. Nos han negado discrecionalmente financiamiento, malos tratos y muchas trabas para el desarrollo del grupo, todo esto basado en el hecho de que yo, como coordinadora del grupo, docente mujer y joven, "recién empiezo mi carrera profesional en la UNI y por ende el grupo no es sólido". 

¿Cómo se financian? (pregunto esto porque en OTT promovemos la transparencia de los think tanks)

Hasta el momento solo financiamos las investigaciones con los fondos públicos que se obtienen por concurso dentro de la UNI, ya sea en el ente central (Vicerrectorado de Investigación) o en el Instituto de Investigación de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes (INIFAUA).

Las fundadoras de URBES-LAB enfrentaron lo que muchos jóvenes investigadores en el Perú (y en otras partes del mundo también, no nos creamos especiales) enfrentan: pocas oportunidades para innovar en la práctica de la investigación.

Diana, Daniela y Sharo se sobrepusieron a ese reto creando, en efecto, una nueva institución. Y no solo eso: no han perdido tiempo y ya están invirtiendo en nuevas generaciones de investigadores e investigadoras en temas urbanos a través de un programa de iniciación científica.

Pero ahora enfrentan nuevos retos, típicos de la etapa en la que se encuentra el think tank: fortalecer su gobernanza y gestión, atraer fondos de largo plazo, consolidar su agenda, invertir en estrategias de comunicación y garantizar su sostenibilidad.

Yo me animaría a decir que ellos, y otros grupos de investigación similares en universidades nacionales, representan nuestra mejor oportunidad para resolver los problemas más complejos que enfrentamos – en este caso, el de las ciudades peruanas, y en particular, de Lima. Por el momento han sabido conformar un grupo de trabajo joven, comprometido y competente. Pero necesitarán apoyo institucional para sobrellevar los retos que todo emprendimiento de este tipo enfrenta. Espero que la UNI reconozca que tiene una joya en sus manos.