Cuando en los años 90, Usama Fayyad et al. [1] mutualizaron el término KDD (Knowledge Discovery on Databases) como el proceso de extracción de conocimientos a partir de datos, las organizaciones comenzaron a utilizarla como un marco de trabajo que les permitiera obtener indicadores que soporten la toma de decisiones.
Sin embargo, este concepto se popularizó de manera tal que ha sido aplicado en diferentes áreas de conocimiento humano y los usos de este proceso se han diversificado enormemente, siendo implementado para el estudio de diversos fenómenos.
En efecto, los fenómenos pueden ser descritos por un conjunto de datos que representan diversas características, recuperadas de diferentes fuentes (imágenes, texto, etc.) e incluso pueden involucrar ciertas dinámicas (tiempo y espacio). Mientras más complejo es el fenómeno, más características son necesarias para describirlas adecuadamente y poder estudiarlos de forma objetiva y en detalle.
Muchos problemas sociales han sido estudiados desde la óptica de análisis de datos y el proceso KDD. Por ejemplo, el estudio de la desigualdad a partir del consumo en tarjetas bancarias y datos demográficos, el bullying mediante el análisis de texto de las redes sociales y reportes psicológicos, entre muchos otros. Este hecho, me trae a colación los diversos temas presentados en la Conferencia del Proyecto Bicentenario realizada por la Universidad del Pacífico.
Específicamente, en una de las presentaciones se discutió sobre el estudio de la violencia de género mediante el análisis de los datos que la describen. En dicha presentación, los autores afirman que la violencia de género es un fenómeno que no puede ser explicado desde una sola arista. Además, mencionaron que la violencia es un problema estructural y que para comprenderla completamente será necesario obtener información de todos sus factores.
Efectivamente, los factores que podrían desencadenar un evento violento son varios y su estudio puede ser muy complejo. En un esfuerzo por comprender cómo este fenómeno puede ser analizado, los autores se enmarcan en el Modelo Ecológico para una Vida Libre de Violencia de Género en Ciudades Seguras [2], el cual es una formulación de elementos conceptuales, técnicos y metodológicos multidisciplinarios para abordar este complejo fenómeno.
El modelo sugiere hacer frente a las manifestaciones de violencia y prevenir su ocurrencia mediante el trabajo a nivel de los individuos, las relaciones interpersonales y familiares, las comunidades y la sociedad en su conjunto. Este modelo efectivamente aparece como una propuesta interesante para abordar el tema de violencia de género desde la óptica de análisis de datos.
Ahora, el gran reto es cómo obtener información veraz y relevante para poder representar el fenómeno en conjunto, a fin de utilizar el modelo ecológico como línea base para tener una visión holística del problema. Además, dicha información debe ser representada y explotada de forma tal que los resultados permitan la construcción de nuevo conocimiento – volviendo a los conceptos de Fayyad et al. – y que pueda ser utilizada para la construcción de políticas públicas y otros documentos en aras de construir un país con menos violencia.
[1] Fayyad, U., Piatetsky-Shapiro, G., and Smyth, P. From data mining to knowledge discovery: An overview. In Advances in Knowledge Discovery and Data Mining, U. Fayyad, G. Piatetsky-Shapiro, P. Smyth, and R. Uthurusamy, Eds. AAAI/MIT Press, Cambridge, Mass., 1996.
[2] Edith Olivares Ferreto, and Teresa Incháustegui Romero. Modelo ecológico: para una vida libre de violencia de género. Comisión Nacional para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, 2011.
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