Si nos sentáramos a discutir cuál es el mayor problema de nuestro país, aflorarían varios términos, como la corrupción e, inclusive, nombres más específicos. Sin embargo, es muy probable que sea la pobreza el que prime.
¿Cómo combatirla? Con empleo generado, fundamentalmente, por la empresa privada. Al Estado, por su parte, en un modelo de economía abierta como el nuestro, le compete actuar como promotor de la actividad empresarial (Promperú, Proinversión, entre otros), facilitador (simplificación administrativa como la Ventanilla Única de Comercio Exterior-VUCE, etc.) y regulador (Indecopi, Osinerg, entre otros).
¿Qué implica ser pobre?
Lo primero a tener en cuenta es que la pobreza es un término relativo, varía según la época, el país e, inclusive, la región específica dentro de esa nación. Al referirnos a la llamada ‘pobreza monetaria’, en el caso del Perú de hoy, implica un ingreso per cápita inferior a S/ 344, el cual da una idea de lo relativo que es este término. Así, si alguien en el Perú gana S/ 344 mensuales, técnicamente ya no es pobre, aunque basta dividir ese monto entre los días del mes para entender la realidad que tiene que enfrentar esa persona cada día.
¿Cómo ha evolucionado la pobreza en el Perú?
Según cifras oficiales del INEI, la pobreza monetaria se redujo significativamente en los últimos quince años, pasando de 58.7 %, en el 2004; a 20.5 % (6´593,000 personas), en el 2018. Esta reducción, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas (CEPAL), es la mayor en todo América Latina en ese lapso.
Como punto de alerta debemos llamar la atención que en ese periodo solo subió en el 2017 y, muy probablemente, este 2019 también cerrará con un ligero incremento. Más del 80 % de este comportamiento es explicable por el propio crecimiento de nuestra economía, y el 20 % restante por el impacto de los programas sociales.
El gran desafío, por tanto, es recuperar el ritmo de crecimiento. Para nuestro país, crecer debajo del 3 % (este año cerraremos debajo del 2.6 %) es acentuar el desempleo y el subempleo castigándonos con más pobreza. La desaceleración de nuestra economía se traduce nítidamente en mayor pobreza.
Revirtiendo la pobreza en el Perú
Actualmente, los programas de apoyo que el Estado desarrolla en el país para combatir la pobreza se centran en cuatro ejes:
- Programas sociales focalizados para nivelar la desigualdad de oportunidades.
- Programas de empleo/capacitación orientados a promover el empleo y mejorar la productividad de jóvenes de bajos ingresos en rubros de demanda creciente.
- Programas educativos estimulando la descentralización y la oportunidad de aprendizaje de niños con buenas condiciones para el desarrollo intelectual, pero de escasos recursos económicos.
- Programas de alimentación y nutrición para proveer de una ración diaria de alimentos a poblaciones vulnerables a través de los municipios.
Sin embargo, reiteramos, la fórmula más efectiva de acelerar la reducción de la pobreza es logrando un crecimiento mayor y sostenido −idealmente, sobre el 6 %− para lo que se requiere fortalecer los cuatro pilares fundamentales: inversión pública, inversión privada, exportaciones y consumo.
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