Desde hace unos días se han reiniciado una serie de actividades que buscan reactivar la economía en el marco de la nueva ampliatoria del estado de emergencia para evitar la propagación de la COVID-19 en el Perú. Entre estas actividades están la pesca y el procesamiento de anchoveta para producir harina y aceite de pescado.
Sin embargo, ¿En qué condiciones se están reactivando dichas actividades? En el caso de la pesca industrial de anchoveta, además de tomar las precauciones necesarias para evitar la captura de ejemplares juveniles (aquellos que aún no alcanzan la talla mínima de pesca), se debe cumplir con el protocolo sanitario y los criterios técnicos para el reinicio de actividades de pesca industrial en el país.
La realidad es que en las embarcaciones no existe el distanciamiento social, en especial en los periodos de descanso y alimentación. Por lo tanto, evitar que los tripulantes se contagien y se mantengan aislados mientras pescan es todo un reto y su cumplimiento es crucial. Para lograrlo, es necesario un seguimiento efectivo, lo cual permitirá tomar decisiones a tiempo. Al respecto, los pescadores de Chimbote e Ilo, entre otros puertos, han expresado su preocupación.
Lenta capacidad de implementación
El Estado peruano ha mostrado su incapacidad estructural durante esta pandemia, especialmente para lograr que el apoyo y el bono económico alcancen a los ciudadanos de menos ingresos y a los trabajadores informales, quienes en gran parte no tienen cuentas bancarias. En este grupo se encuentran las familias de las comunidades pesqueras que no han sido beneficiarias de los bonos del Estado.
El aspecto crucial es cómo y cuándo se concretará este bono económico. Esta incertidumbre y otros factores alientan la erosión de la cuarentena, ahora prolongada hasta fin de junio.
El Ministerio de Salud aprobó la RM 239-2020-MINSA que establece los lineamientos para la vigilancia de la salud de los trabajadores con riesgo de exposición al COVID 19. Esta norma no incluye al pescador artesanal, por no tener un vínculo laboral definido. Por lo tanto, la norma sí es efectiva para el pescador industrial, el trabajador de los desembarcaderos pesqueros artesanales, los operarios y otros que trabajan en el procesamiento.
A inicios de abril, SANIPES publicó en su web la “Guía para el establecimiento, implementación y reforzamiento de medidas preventivas en infraestructuras pesqueras y acuícolas frente a la propagación del Covid—19”. Pero su finalidad es brindar orientación, sin considerar su cumplimiento. Su divulgación se ha hecho de manera virtual. La Municipalidad de Lima ha iniciado también talleres virtuales semanales dirigidos a pescadores de su jurisdicción.
Aquí es donde cobran mayor importancia las iniciativas promovidas desde la sociedad civil. Por ejemplo, los gremios pesqueros (Ilo, Tacna, entre otros) han promovido protocolos para los desembarcaderos pesqueros artesanales (que semanas atrás, cerraron preventivamente) que han sido aprobados por los gobiernos regionales correspondientes. En otros casos, fueron elaborados por un grupo de ingenieros pesqueros con experiencia en procesos productivos y sanitarios, vinculados con gremios de pescadores artesanales. Estos protocolos están enfocados en las embarcaciones artesanales, que no están comprendidas en la normativa, y les permite cumplir con las disposiciones para operar y seguir determinando pasos para reducir el riesgo de contagio.
El Capítulo de Ingeniería Pesquera del CIP- Lima recientemente organizó un conversatorio virtual sobre la pesca y el Covid- 19. Este tipo de actividades evidencian la capacidad de coordinación que tiene este colegio profesional a nivel nacional y esto debería ser aprovechado para desarrollar propuestas que lleven hasta la lancha procedimientos para reducir el riesgo de contagio.
Por su parte, los gremios de pescadores artesanales deben apoyar en la vigilancia del cumplimiento de las medidas de cuidado, incluidos el personal en tierra y de transporte, así como estar siempre atentos a la evolución de la pandemia en su localidad. La experiencia en el distrito de Vegueta, provincia de Huaura, que incluye a las Organizaciones Pesqueras Artesanales (OSPAS), a la municipalidad distrital y a las autoridades de salud de la zona es un ejemplo de ello.
En situaciones de crisis, es de mayor relevancia la capacidad de acción interinstitucional. SANIPES tiene en su consejo directivo a un representante del Ministerio de Salud y esto abre la posibilidad de desarrollar procesos relacionados al cuidado de las personas en la pesca artesanal. En esta emergencia, es necesario incorporar criterios epidemiológicos en los aspectos sanitarios que promueve SANIPES y obtener un procedimiento que sea entendible y adaptable.
Finalmente, se avizoran nuevas iniciativas y formas de comercialización de los productos pesqueros en el mercado interno. Las pescaderías o la distribución directa, escasa y de poca duración en el país, tendrán un mayor potencial en el futuro. Estas son las iniciativas que el Programa Nacional de Innovación en Pesca y Acuicultura (PNIPA) u otras fuentes de financiamiento deberán tener en cuenta para lograr su consolidación.
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