¿Cuántas inteligencias existen?

Ciclo tras ciclo dictando en la Universidad del Pacífico viene a mi mente las mismas interrogantes: ¿es acaso la inteligencia matemática capaz de predecir nuestro desempeño profesional futuro? ¿Es acaso aquella que marca nuestra capacidad para afrontar una situación o tomar una decisión con calidad? ¿Es acaso la única que existe? ¿Es acaso aquella más apreciada en el mundo laboral?

A mi mente acuden estas interrogantes por un aspecto que no deja de asombrarme en cada ciclo, y no es otro que alumnos con excelentes cualidades, con claridad de ideas, con capacidad de afrontar problemas con gran calidad. Con lo que yo denominaría inteligencia... eso bien no necesariamente con altas dosis de inteligencia matemática.

Es por ello que en estas palabras responderé a las interrogantes incluidas al inicio. Para ello acudiré primero a las palabras del Dr. Facundo Manes, referente mundial en el área de neurociencia y director del instituto INECO de neurología cognitiva, entre otros; cuando alega que los líderes destacan por su inteligencia social.

Según Manes la ciencia no es capaz de medir toda la inteligencia, sino tan solo la inteligencia más matemática y aritmética a través de lo que se denomina el coeficiente intelectual, que no explican la inteligencia general, y entre ellas sitúa la inteligencia social y emocional.  Del mismo modo señala que dichos tipos de inteligencia existen y que está correlacionados con el éxito en muchas facetas de la vida en mayor medida que la inteligencia analítica.

El Dr. Manes olvida un principio básico de la estadística, y es que para establecer una correlación es necesario realizar una medición. Del mismo modo el Dr. Manes sustenta que el ser humano “ha desarrollado un proceso de toma de decisiones, al margen de la racionalidad, que es la mayor parte de las veces automático, no llega a la conciencia, está guiado o facilitado por emociones previas y cambia según el contexto”.

En consecuencia, las emociones facilitarían la toma de decisiones humanas, quedando al margen de la racionalidad y la lógica; ello cual conecta con las teorías de racionalidad perfecta limitada y cubo de basura analizados en el campo de la administración. La inteligencia matemática es tan solo uno de los tipos de inteligencia que existen.

Efectivamente, uno de los tipos de inteligencia más conocidos en el campo de la administración es el denominado como Inteligencia Emocional de David Goleman, quien titula a uno de sus libros como "La inteligencia emocional: porqué es más importante que el cociente intelectual", un bestseller mundial con más de 500.000 ejemplares vendidos. Pero su existencia no quiere decir que no se pueda medir.

Tan solo por poner un pequeño ejemplo, en el número del año 2019 de la revista Journal of Business de la Universidad del Pacífico, los autores del artículo "The Emotional Intelligence of Senior Executives and their Effect on Products Innovation and on Processes Innovation" demuestran que "La inteligencia emocional de los altos ejecutivos ejerce un efecto directo y positivo sobre la innovación de productos y la innovación de procesos dentro de las empresas", siendo precisamente la innovación uno de los aspectos que se ha demostrado en la literatura de gestión, se encuentra directamente relacionado con el desempeño empresarial.

Pero no son la inteligencia emocional y la inteligencia matemática las únicas que pudieran estar ejerciendo un rol significativo en mi apreciación relativa a al alto nivel de talento que encuentro en mis clases. El profesor de la Universidad de Harvard Howard Gardner considera la existencia de nueve tipos de inteligencia en su teoría de las inteligencias múltiples.

Entonces vienen a mi mente las siguientes interrogantes a raíz de los resultados del estudio del ranking PISA 2018 ¿Es una prueba matemática la mejor vía para aplicar en los procesos de admisión? ¿Son un instrumento preciso y fiable para predecir el éxito del estudiante?

Si reflexionamos por un momento nos daremos cuenta de que las pruebas de Ranking PISA recogen entre sus parámetros de evaluación pruebas matemáticas, pero del mismo modo deberemos darnos cuenta de que se trata de pruebas generalistas que nada tienen que ver con la necesidad que en la materia pueda tener, de manera específica, el estudiante de una carrera frente a la otra.