Las resoluciones de año nuevo nos proveen de oportunidades y de consideraciones de tomar nuevos rumbos en nuestra vida personal y profesional. Especialmente considerando que la pandemia nos ha puesto en una situación de cuestionarnos si nuestra salud y bienestar personal es una prioridad que estamos atendiendo, la flexibilidad obligatoria que trajo consigo se volvió una condición para muchos trabajadores que cambiaron de empleo o están considerando hacerlo. De hecho, es probable que este sea un tema recurrente de conversación en nuestro círculo social. Algunos aprovecharon la ocasión crítica como una oportunidad para encontrar claridad en el próximo paso en su carrera profesional. Otros quizá no alcanzaron dicha perspectiva tan rápidamente y, por el contrario, se enfrentan a dudas alimentadas por la incertidumbre.
La incertidumbre antes del cambio un momento inevitable de un proceso que puede ser llevado a nuestro favor antes de realizar un cambio. El estado de duda nos invita a ponernos en distintos escenarios, a tomar en consideración más preguntas sobre el manejo de nuestra profesión, sobre la cual podemos diseñar diferentes estrategias. Inclusive la ausencia de dirección es una invitación a considerar alternativas que en nuestro pasado habíamos descartado por falta de experiencia o recursos y que en nuestro presente sería posible reconsiderar.
Algunos han llevado años colaborando con una misma empresa, lo que los habrá llevado a acumular una serie de habilidades y experiencia que no han revisado en un buen tiempo. Sin embargo, el paso a la incertidumbre nos hace redescubrir nuestro valor y el conjunto de habilidades que nos hacen únicos. Aquellas competencias podrían ser las que otras empresas podrían estar buscando o bien nos pueden servir para definir qué aspectos deberíamos desarrollar más a fin de mantenernos competitivos.
Las dudas como parte del proceso natural nos vuelven más flexibles y adaptables si las sabemos usar a nuestro favor, pues nos invitan a reflexionar sobre distintas áreas de nuestra experiencia acumulada. Aunque parezca difícil, aceptar esta adaptabilidad y agregarla a nuestra lista de competencias podría definir un cambio exitoso en un océano de oportunidades.
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