El poder del pueblo como concepto existe ya desde hace un tiempo en el que los atenienses definieron un sistema de gobierno en el que las decisiones eran tomadas por la asamblea de ciudadanos. Sin embargo, la democracia como la conocemos hoy en día tiene sus limitaciones, pues como ciudadanos tenemos solo el derecho al voto cada cierto tiempo, en Perú cada cinco años, para decidir sobre nuestros representantes en el legislativo y ejecutivo, quienes luego tendrán el poder de decidir el rumbo del país. La democracia funcionaba más eficientemente cuando el grupo que sostenía el poder político no era tan grande como lo es ahora. Sin embargo, en las manos de nuestros gobernantes dejamos el destino de nuestro país, con la expectativa de que nos representen y que a la vez convoquen a las personas capaces de dirigir los ministerios y las instituciones públicas.
La elección del equipo es un asunto tan importante para la vida en sociedad que lo aprendemos desde pequeños. Hacemos amistad para tener en quiénes apoyarnos y a quiénes apoyar. Pero en tanto vamos creciendo, aprendemos que la formación de un equipo no solo depende de las sinergias o de compartir la misma ideología que nosotros, sino que también depende de diversidad en el pensamiento, de preparación y de la incorporación de personas que complementen nuestras habilidades y que contribuyan a mostrarnos distintos puntos de vista allí donde no pueden ver aquellos que comparten nuestra visión.
Por ello, en la designación de autoridades en instituciones del Perú deben de primar los nombramientos sin razones políticas, procurando la independencia de sus organismos y con un perfil que se adecúe al cargo, esto es, que comprenda las necesidades de la población y los efectos de los mecanismos. Es así que las designaciones de la autoridad de entidades como Indecopi, por ejemplo, han sido siempre de personas sin una afiliación política y con trayectoria profesional que respalde su capacidad de liderar la entidad. Se debe procurar que nuestras entidades procuren estar libres de interés político que favorezca a un partido y que accionen en beneficio de sus intereses antes que los del pueblo.
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