La tecnología está cambiando el mundo, y cada vez los cambios son y serán más vertiginosos. Hoy en día, las empresas tecnológicas son las más valoradas, las de más rápido desarrollo y las de más alto valor; pero ¿realmente es la tecnología el factor clave? ¿Es la tecnología la que nos hace disruptivos e innovadores?
La tecnología lo que realmente nos trae es una automatización y una rapidez que incrementa la escalabilidad de las organizaciones de manera exponencial. En siglos pasados, cada invento era individual y ello modificaba la vida y las funciones de la sociedad; por ejemplo, la rueda, la imprenta o el automóvil. Sin embargo, hoy tenemos diferentes disrupciones que nos impactan permanentemente y estamos hablando de carros inteligentes, inteligencia artificial y nanotecnología; todo al mismo tiempo.
De esta manera, el impacto real de la tecnología no es necesariamente la disrupción, sino la velocidad, la densidad y el no poder predecir lo que esa disrupción trae. Por eso hoy, los emprendedores tecnológicos y startups tienen grandes ventajas, ya que no son los típicos “expertos” y al no tener nada que perder en ese campo, son los que pueden crear algo verdaderamente disruptivo y revolucionario. Por el contrario, muchas veces los “expertos” se convierten en frenos y desaceleradores de la innovación.
En ese sentido, la necesidad de innovar y hacer uso de la tecnología en las organizaciones genera una serie de desafíos. Uno de los principales retos no es precisamente la falta de ideas disruptivas, sino el intento de generar innovación disruptiva dentro de una organización tradicional involucrando al talento humano; el cual está acostumbrado a procesos rígidos establecidos en un modelo de negocio que funciona tal y como está. Es en ese contexto que nos preguntamos, entonces ¿qué debemos hacer para superar este reto?
Las respuestas, son varias. En primer lugar, para transformar una organización es básico transformar a las personas. Por eso, los colaboradores clave deben estar estrechamente involucrados en el proceso de innovación y deben aprender a usar nuevas metodologías y herramientas disruptivas para la co-creación y generación de sus propias ideas de transformación. Ese es el principal reto del líder, proporcionarles un entorno cómodo que amortigüe la incomodidad al cambio.
Debemos convertir este proceso de innovación en una experiencia de aprendizaje; así, su mentalidad cambiará a medida que practiquen y refinen nuevos métodos de trabajo, comunicación y formación de ideas. El resultado de dicha experiencia es que los colaboradores claves que han participado, se convertirán en embajadores de este proceso en la implementación. El objetivo es lograr un cambio de comportamiento y un compromiso a largo plazo, mientras se mantiene la energía suficiente para realizar este proceso hasta el final.
Como segundo punto, es importante encontrar el enfoque correcto. Para ello, es necesario que experimentemos con nuevos modelos de negocio sin arriesgar la organización actual. Es decir, encontrar un equilibrio entre la innovación y el riesgo manteniendo el modelo de negocio, mientras ejecutamos proyectos disruptivos de transformación.
Otro punto importante es crear una cultura en la que su organización aprenda a equivocarse. Los procesos establecidos centrados en la eficiencia muchas veces pueden no funcionar cuando el objetivo es la innovación disruptiva. Los mejores resultados puede que no estén en la eficiencia, sino más bien en la búsqueda de un modelo de negocio correcto. Además, para ejecutar procesos de transformación, es importante utilizar metodologías de diseño orientadas a la innovación, tales como Design Thinking, Customer Development, Lean Startup, entre otras.
Finalmente, recordemos que toda organización tiene como objetivo principal operar con éxito su modelo de negocio existente, mientras que los procesos de transformación generalmente pasan a un segundo plano. Por ello, es determinante tomar la iniciativa y apalancarnos en personas con talento, conocimientos y la experiencia necesaria para ejecutar en paralelo procesos de innovación y a su vez, promover una cultura disruptiva dentro de la organización.
Comparte esta noticia