Las terribles imágenes del 7 de octubre cuando Hamás, grupo terrorista que gobierna Gaza desde el 2006, secuestrara al menos 150 jóvenes israelíes en una fiesta rave, son difíciles de olvidar. Miembros de Hamás gritaban “Allahu Akbar” que en árabe singifica “Dios es el más grande”, mientras violaban y mataban.
Aquel día, miembros de Hamás actuaron bajo efectos una mezcla de metanfetamina y cocaína para inhibirlos de experimentar miedo y limitaciones morales en su accionar. Así lo señaló el historiador Gerardo Ferrara, según el análisis hecho por Isarel de las sustancias halladas en las chaquetas de los miembros de Hamás.
Sin embargo, la mayoría de los musulmanes de todo el mundo no está a favor de Hamás ni de lo que se vió ahí. Lo cierto es que en Gaza, gobernado por Hamás, existe una dictadura y además, por ser estado islámico, donde rige la Sharia o ley islámica, hay persecución a judíos y cristianos.
Para Ferrara, también escritor y experto en Medio Oriente, “Israel no está combatiendo una guerra contra un estado normal. Pase lo que pase, Hamás quiere el mayor número de muertos entre isarelíes y también entre los mismos palestinos. Hamás busca la muerte de las personas”.
“Hamás no busca la defensa del pueblo palestino, porque está haciendo todo lo que puede para fundar este estado islámico destruyendo a Israel. En su forma de pensar, no existe el valor de la vida humana individual, sino que todo está al servicio del objetivo que tienen ellos”, explicó.
Según Ferrara, el conflicto entre Israel y Palestina empezó hace más de un siglo con una forma de nacionalismo. A finales del siglo XIX, los palestinos buscaban independizarse del Imperio Otomano. A partir de la primera guerra mundial se instaló en Palestina el protectorado británico.
Cuando se creó el estado de Israel en 1948, los judíos ya tenían conciencia de ser un pueblo aún más distinto de los otros pueblos y países. Sin embargo, fue con la llegada de los judíos de Europa a Palestina, que los palestinos tomaron conciencia de ser un pueblo. “Con el nacionalismo árabe, amplificado por el sionismo y la llegada de los judíos, los palestinos también quisieron tener un estado propio, independiente de los otomanes y no gobernado por judíos sino por ellos mismos”, dijo Ferrara.
“En ese momento, empezó una forma de nacionalismo llamado Panislamismo, que buscó instalar en Palestina y todo el mundo musulmán un estado islámico. Mientras que el Panarabismo nació como un nacionalismo étnico laico. Ambos nacionalismos son enemigos entre sí”, explica Ferrara.
En Palestina encontramos dos formas de nacionalismo: el Panislamismo o fundamentalismo islámico como el de Hamás en Gaza. Y el Panarabismo o nacionalismo laico palestino como el de Yasser Arafat o Mahmud Abás, actual presidente de la autoridad palestina en Cisjordania, el este de Israel.
Reconciliación: Camino hacia la solución
Ferrara indica que palestinos e israelíes no tienen otra salida para terminar con este conflicto que tener un estado para ambos. “Hay tanta mezcla entre ellos que no pueden vivir separados. El uno necesita la ayuda del otro. Podrían formar un único estado laico musulmán y judío con igual aceptación para judios y musulmanes”, dijo.
Según Ferrara, el libro de Edward Said, La convivencia necesaria, expresa que si judíos y musulmanes siguen odiándose no va a haber nunca una solución a este conflicto. Para Said, la única solución es una reconciliación entre ellos y que exista una forma de tutela o fuerza de paz internacional entre Israel y palestinos sobre todo en Hamás.
En este sentido, Ferrara comenta que “la ONU tendría que poner allí una fuerza de paz como la que está ahora entre Israel y el Líbano. Pero Israel no acepta que haya una presencia de la ONU”. Sin embargo, como expresa lo Ferrara y Said en su libro, la única forma de solucionar este conflicto es encontrar entre elllos una reconciliación.
“La mayoría de los palestinos también en Cisjordania, al este de Israel, quisieran vivir en paz, no quieren guerra, muertos ni heridos. Están hartos de todo esto, así como lo están los israelíes. La gente no puede más. Hay mucha mas división sobre este conflicto en Europa que en Israel”, explica Ferrara.
Y agrega que “la psicología del pueblo israel está muy afectada por el holocausto y guerras con los árabes. Cuando hay escenas como las que se han visto en todo el mundo del conflicto, la gente está aterrorizada e indignada, se sienten amenzados, porque hay una forma de antisemitismo que todavía vemos en el mundo”.
En todas las guerras, como Ucrania y Siria, hay muchos intereses locales e internacionales para que el conflicto siga. Y como dice Ferrara, en este conflicto de casi un siglo entre árabes y judíos hay demasiadas heridas, promesas, sueños y sacrificios de ambos pueblos, y también demasiada ideología.
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