Habrá pututos autóctonos, tributo en quechua, conferencia magistral y canto lírico con Siwar Q'ente, Sylvia Falcón, Sumac Wayra y Edith Ramos.
José Gabriel Condorcanqui Noguera, Túpac Amaru II, el peruano más ilustre de la historia andina será recordado en la jornada cultural (Nunakallpa) que la Derrama Magisterial ha programado para el sábado 26 de noviembre, a las 7.15 p.m., en su auditorio ubicado en la Av. Gregorio Escobedo 598, Jesús María. Ingreso Libre.
Canto a Túpac Amaru II se iniciará con la interpretación de pututos autóctonos a cargo de Juan Palomino Ledesma Rupa y un tributo en quechua por la maestra Olga Diburga Sánchez. La conferencia Identidades y Género en el Canto Lírico estará a cargo Sylvia Falcón Rojas, antropóloga, soprano de coloratura y gestora del proyecto para la preservación del runa simi Eucaliptuchay. Se sumará el testimonio de Judith Acuña “Wara Wara” una de las grandes voces que internacionalizó su carrera en exitosas presentaciones por Rusia y con Luis Durand Rodríguez en Japón.
Como síntesis y continuidad, cuatro generaciones de voces femeninas quechuas y aimaras elevarán sus cantos a Túpac Amaru II: Ana Condori Sulca “Siwar Q´ente”; Sylvia Falcón Rojas, Ethelvina Agüero “Sumac Wayra” y Edith Ramos. El marco instrumental estará bajo la dirección musical del maestro Adrián Huamán Meneses, quien integró Sol del Perú y es director del conjunto Condorcunca; y la participación del maestro Daniel Kirwayo.
Con el objeto de corporizar y dar vida a José Gabriel Condorcanqui Noguera la joven artista Soledad Jerónimo recitará parte del himno canción A nuestro padre creador Túpac Amaru que José María Arguedas escribiera en homenaje a nuestro héroe.
La imagen de Túpac Amaru II, es signo de libertad, símbolo de lucha, resistencia y constancia contra la opresión y la injusticia. Su imagen esta interiorizada en la memoria popular no a través de la palabra escrita, exclusiva y excluyente del Perú Oficial, sino que ha quedado grabada en los más diversos soportes de memoria con que las naciones le guardan fidelidad a su llamado, a su legado. Así se puede encontrar hoy el testimonio en la tradición textil de Takile en Puno, en las faldas negras del tondero de Monsefú, en el canto lírico andino, la danza, en la oralidad en todos los pueblos que conforma nuestra Republica. Articular todos estos soportes para comprenderlos en su unidad, y no como la cultura oficial dominante nos los ofrece, inconexas, estetizantes sin contenido, es la urgencia que nos permite desarrollar una reflexión que verse no solo sobre la tradición de la coloratura andina sino en cómo estos espacios son subvertidos por la presencia de mujeres de humilde origen que en el proceso de convertirse en las principales exponentes del género lírico fueron descubriendo su contenido social y con ellas, el renacer la esperanza de una republica comprometida con sus naciones.
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