La psicóloga y conductora de "Sin vueltas" presentará este domingo 11 el libro "Reconciliarse con el espejo", en la Feria del Libro Ricardo Palma. Ella aborda el tema del trastorno alimenticio en los jóvenes.
Rachel Watson, psicóloga y conductora de "Sin vueltas" por RPP, presentará este domingo 11 su nuevo libro "Reconciliarse con el espejo", durante la Feria del Libro Ricardo Palma. En la publicación, ella aborda el tema del trastorno alimenticio en los jóvenes.
Debido a su trabajo, ella ha tratado casos de chicas y chicos con el trastorno y alerta que en los salones de secundaria se encontrará (por lo menos) un caso o cercano con el tema. Es que los chicos "entran como jugando" sin darse cuenta en qué momento se transforma en obsesión.
"Esto sucede cuando toda su vida empieza a girar alrededor de esto. Se preocupan cada vez más por verse delgados, hacen más ejercicios o toman más laxantes. Finalmente, terminan enfermos; incluso pueden llegar a la muerte", advierte. La psicoterapeuta pide no relativizar el tema y si se sospecha que existe un problema, pedir ayuda.
"El trastorno de alimentación es la punta iceberg. Es el síntoma, pero debajo hay muchos problemas de autoestima, depresión y ansiedad que empujan al chico/chica a este tipo de transtornos", agregó.
Watson recalca que los mensajes en los medios (como los que se ven en series, películas o la publicidad) influyen mucho en los adolescentes. "Si se promueven estereotipos como que para ser feliz y exitoso debes ser delgado. Los chicos están tratando de seguir ese ideal que falsamente se les ofrece de lo que es la felicidad", explica.
SEÑALES PARA ESTAR ALERTA
La psicoterapeuta recomieda a los padres estar alerta de las siguientes conductas en sus hijos:
- Hábitos alimentarios: cuántas veces al día se alimenta, qué cantidad ingiere al día y qué tipo. Si los hijos dejan de desayunar porque se van rápido (no se les ve comer) o si después de almorzar entrann al baño y se demoran mucho rato.
- Cambios en el peso: bajan progresivamente o abruptamente; u oscilan en su peso (el caso de la bulimia).
- Cambios en la vestimenta: uso de polerones muy grandes para disimular qué tan delgados pueden estar.
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