Juan Villoro y su radiografía de Diego Maradona: “Es una figura más grande que la realidad”

Sesenta años vivió Diego Armando Maradona y lo hizo, según comentó el escritor Juan Villoro antes de su muerte, de una manera extraordinaria. En conversación con Patricia del Río para RPP Noticias en julio de 2017, el autor de “Dios es redondo” recordó que fue testigo del talento del ‘Diez’ en la cancha durante el Mundial México 1986.

“Demostró que podía hacer campeón casi a cualquier equipo, porque hizo todo tipo de locuras”, recordó el ensayista mexicano. “Estuve en el estadio Azteca y pude ver el gol legítimo más impresionante en la historia de los mundiales, cuando burló a media selección inglesa, y también el gol ilegítimo más impresionante, que es el de la mano de Dios”, agregó en entrevista con "Letras en el Tiempo".

Para Villoro, Maradona era “un personaje extraordinario con luces y sombras”, que fuera de la cancha de fútbol bien podía ser “digno de una ópera italiana”. “Creo que es alguien que ha sido leal con muchos amigos, que ha cometido muchísimos errores y que lo ha aceptado continuamente”, dijo.

Y añadió: “Que ha luchado contra su propio fantasma, ha padecido adiciones, fanatismos políticos no siempre justificables, en fin, una figura absolutamente colorida; pero creo que Diego Armando Maradona no le puede dar lástima a nadie, es una figura más grande que la realidad”.

EL LIDERAZGO DE MARADONA EN LA CANCHA

De acuerdo con Juan Villoro, existe una incógnita recurrente en el fútbol argentino: ¿por qué Lionel Messi, una estrella a la altura de Maradona, no produce la misma emoción “por más que anote muchísimos más goles que Diego”? “Es ese extraño carisma”, respondió el escritor, “el que hace que gente como el ‘Pelusa’ salido de Villa Fiorito logre conectar sentimentalmente con millones de personas”.

Pero ¿en qué residía ese carisma? El autor de “El libro salvaje” dio a entender que debía verse el trabajo de Maradona en la cancha. “Era el más trabajador de todos y el más solidario con los demás”, indicó. Y para demostrarlo, trajo a colación una anécdota del Mundial México 1986, que involucró al exfutbolista Ricardo Enrique Bochini.

“Había un jugador, Bochini de Independiente, una leyenda del fútbol argentino, que prácticamente ya no estaba en condiciones para jugar, pero que entró unos minutos en un partido simplemente para disfrutar la emoción del Mundial. Maradona tomó la pelota, se le acercó y le dijo: ‘Tenga, maestro’”, relató.

Según Villoro, de esta madera está hecho un crack del fútbol, al que definió como alguien capaz de “tener esa humildad” en la cancha y “reconocer que ahí todos son iguales y que él, si va a ser el mejor, no lo va a ser para sí mismo, sino para liderar a los otros”.

“Es, en ese sentido, el gran Espartaco del fútbol, el que convence a un equipo débil como el Nápoles que se puede ganar el scudetto aunque no se haya ganado en medio siglo. Esa capacidad de liderazgo solo surge también de un reconocimiento humilde de lo que se puede hacer dentro de la cancha; fuera de ella, Diego fue otra cosa”, concluyó.