Las boedgas de barrio dominan el mercado, mientras los consumidores priorizan el valor y canales modernos como los discounters ganan terreno en Perú.
Tiendas de barrio: el corazón del comercio minorista en Perú, representando el 72 % de las ventas en este sector, según el informe State of Grocery Latam 2024 de McKinsey & Company y Kantar. Esta cifra, que ha permanecido estable entre 2022 y 2023, demuestra la fuerte preferencia de los consumidores peruanos por este canal tradicional.
A pesar de la creciente penetración de los supermercados, hipermercados y discounters, las tiendas de barrio mantienen su relevancia gracias a su proximidad, trato personalizado y adaptabilidad a las necesidades locales. Este fenómeno es especialmente notable en países como Perú, Bolivia y Guatemala.
Marcas privadas incrementan su valor de ventas en un 133 % en los últimos cinco años
La búsqueda de valor se ha convertido en una prioridad para los consumidores en América Latina, impulsada por una caída del 25 % en el poder adquisitivo desde 2020.
Esto ha llevado a priorizar productos esenciales como alimentos y bebidas, mientras que las marcas privadas han ganado protagonismo, incrementando su valor de ventas en Perú en un 133 % en los últimos cinco años.
Al mismo tiempo, los canales modernos, como los discounters, están ganando terreno rápidamente. En nuestro país, estos formatos alcanzaron una penetración del 62 % en 2023, desplazando a otros por su conveniencia y precios más bajos.
Sin embargo, el comercio digital enfrenta un estancamiento en el país, con una contracción del 8 % entre 2022 y 2023, a pesar de alcanzar al 30 % de los hogares peruanos. Esto indica que, aunque el canal digital tiene potencial, todavía enfrenta retos para consolidarse.
Adaptación frente a un mercado en transformación
En un entorno competitivo, los minoristas en Latinoamérica están adoptando estrategias innovadoras. Esto incluye el uso de tecnologías avanzadas, como la analítica de datos, para personalizar ofertas y mejorar la experiencia del consumidor.
En el Perú, las tiendas de barrio y los canales modernos tienen la oportunidad de coexistir y crecer al ofrecer valor, conveniencia y calidad. Con consumidores cada vez más exigentes, la clave será adaptarse a las nuevas dinámicas del mercado mientras se mantiene la esencia que hace único a cada canal.
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