Este tipo de lámparas tienen mayor duración y mejor definición que los focos ahorradores y los incandescentes.
Todas las noches al prender el foco de la sala de tu hogar, el medidor empieza a correr, y la velocidad de su carrera depende del tipo de lámpara que uses.
Hace 20 años la única opción era el foco incandescente cuya potencia iba desde los 25 hasta los 100 watts, pero desde hace poco más de una década las opciones para elegir lámparas caseras se diversificaron.
La aparición de los focos ahorradores y de las lámparas LED aumentó nuestras posibilidades de elección. Ambos suponen mayor iluminación y un ahorro considerable en el consumo de electricidad, aunque al adquirirse tengan un precio mayor que los incandescentes.
Entre los focos ahorradores y las lámparas LED, son éstas últimas las que representan un mayor ahorro a largo plazo. ¿Sabes por qué? Aquí te lo explicamos.
1. Ahorro en el consumo. Cinco horas de uso diario de un foco LED significa S/. 1.00 en la cuenta mensual de luz; mientras que por el foco ahorrador se paga S/. 1.70 y por el foco incandescente hasta S/. 7.50.
2. Menos uso de combustible: Por cada cinco horas de uso de un foco LED se necesitan utilizar 2 galones de petróleo diésel al año para sostener su funcionamiento; mientras que por el foco ahorrador se necesitan 3,4 galones y para el foco incandescente 15.
3. Cuidas el medioambiente: Por cada foco LED que pueda encenderse durante 5 horas se emitirían 20 kg de CO2 al año; mientras que por el foco ahorrador se emiten 34 kg de CO2 y para el foco incandescente 150 kg. Además, el material del que se hacen las lámparas es reciclable, pues no están hechas de material tóxico.
4. Mayor duración: El foco LED dura cuatro veces más que el foco ahorrador y dieciséis veces más que el foco incandescente.
5. Mejor definición: Reproduce los colores con una gran fidelidad, con un índice cromático de 80 sobre 100. Tiene, además, diferentes tonos de luz (fría, cálida) para ajustarse a todo tipo de ambientes.
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