Flor Isela compitió con emprendedores de todo el país, y una vez más salió victoriosa. Logró el primer puesto del Premic, en la categoría Servicios, con lo que se hizo acreedora a un apoyo económico, trofeo y diploma de reconocimiento.
Con voluntad todo es posible, y de eso puede dar fe la emprendedora Flor Isela Julca Lozada, quien no sólo ha logrado alcanzar el éxito en su negocio de golosinas y abarrotes; sino también convertirse en la única emprendedora de La Libertad en ganar el Premio a las Microfinanzas (PREMIC) 2012.
Este premio tiene doble mérito para Flor Isela, quien en ningún momento permitió que su discapacidad física sea un impedimento para alcanzar sus metas; sino que al contrario, logró convertirla en su fuerza para seguir luchando hasta lograr cada objetivo propuesto.
El Premic es organizado a nivel nacional por la Fundación Citi y Acción Internacional, de IPAE, y reconoce los aportes de los microempresarios al desarrollo económico del país; y también destaca sus mejores prácticas, iniciativas y creatividad.
En este concurso participan todas las entidades dedicadas al rubro de las microfinanzas, y Flor Isela fue presentada por Caja Trujillo, entidad que consideró su historia de empuje y esfuerzo como la más indicada para representarlos, pues ellos la apoyan desde cuando esta emprendedora sólo contaba con la idea del negocio.
Flor Isela compitió con emprendedores de todo el país, y una vez más salió victoriosa. Logró el primer puesto del Premic, en la categoría Servicios, con lo que se hizo acreedora a un apoyo económico, trofeo y diploma de reconocimiento.
Caja Trujillo recibió también un reconocimiento especial por promover el desarrollo de los emprendedores del país, en las regiones donde está presente.
“Estoy feliz por este premio, no lo esperaba, y por eso agradezco a Caja Trujillo que no sólo confía en mí para apoyarme con los créditos; sino, también que reconoce de alguna forma el esfuerzo que hacemos para crecer día a día”, anotó Flor Julca.
Historia de éxito
La historia de éxito de Flor Julca se inició cuando estudiaba para ser profesora, y el restaurante que abrió no tuvo acogida. Tocó muchas puertas para encontrar la salida. En la Unidad Básica de Rehabilitación para profesionales (UBARP) le propusieron conducir un pequeño negocio de carritos golosineros, por el lapso de un año, tiempo en el que debía demostrar habilidad y cumplimiento en el negocio.
Flor se percató del movimiento económico existente en este negocio, y así con los pocos ahorros que tenía empezó su proyecto de distribución directa de productos para kioskos y carritos golosineros en dos universidades de Trujillo y un hospital. Poco a poco, el negocio fue rindiendo sus frutos, y ante la necesidad de independizarse totalmente e incrementar su negocio acudió a Caja Trujillo, donde le ofrecieron un préstamo a una tasa preferencial, a través del Crediamigo (producto exclusivamente dirigido a personas con habilidades diferentes).
El éxito fue llegando poco a poco. Su esposo, dedicado a trabajos de albañilería, dejó su oficio para dedicarse totalmente a apoyarla y juntos sacar adelante el negocio.
Su proyecto a corto plazo es alquilar la casa contigua a la suya para convertirla en la sede principal de su negocio, y empezar a vender productos al por mayor y menor.
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