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Aretha Franklin, la Reina del Soul, falleció hace 5 años, pero su legado sigue siendo indiscutible. Conoce su vida, su música y la disputa por su herencia.
Han pasado cinco años desde que Aretha Franklin, apodada la Reina del Soul y considerada por la revista Rolling Stone como la mejor cantante de la historia, nos dejó. Una partida que a su vez fue el inicio de una batalla legal entre sus hijos, por el control de su enorme fortuna.
Nacida en Memphis en 1942, Aretha no solo fue una figura musical, sino también un símbolo de los derechos civiles y el feminismo. Su historia empezó en el gospel, cantando en el templo donde su padre predicaba las ideas de Martin Luther King. A los 18 años, llegó a Nueva York y revolucionó el soul y el jazz.
Ascenso a la cumbre musical
Franklin se convirtió en la mejor cantante de la historia, seguida por su discípula Whitney Houston y por Sam Cooke, según la revista Rolling Stone, dejando una huella en diversos géneros como el funk, rock y blues.
Canciones como Respect, Amazing grace y Ain't no way la convirtieron en leyenda, demostrando su capacidad para transmitir júbilo y angustia a través de su poderosa voz. Su éxito la llevó a recibir 18 premios Grammy y a participar en actos como las tomas de posesión presidenciales de Jimmy Carter, Bill Clinton y Barack Obama, ante el papa Francisco o la Superbowl.
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Controversias en su vida privada
En su vida privada, Aretha Franklin enfrentó altibajos, desde embarazos tempranos hasta relaciones problemáticas. Perdió a su madre cuando tenía 10 años y dio a luz a los 12 y 14 a sus hijos Clarence y Edward por imposición de su padre. Mientras sus dos hijos eran criados por su abuela, se casó a los 19 años, con su manager, Ted White, quien la maltrataba. Con él tuvo a su tercer hijo, Teddy Jr. En 1970 tuvo a un cuarto hijo, Kecalf, con Ken Cunningham.
La disputa testamentaria
Su muerte a los 76 años por cáncer de páncreas dejó una aparente falta de testamento, pero meses después se encontraron evidencias que desencadenaron una disputa familiar por una herencia de aproximadamente 18 millones de dólares.
Dos documentos escritos a mano por Aretha, uno encontrado en 2010 y otro en 2014, generaron controversia sobre quién administraría la fortuna. Aunque el proceso judicial determinó que el de 2014 prevalecía. En este se declara a Kecalf como administrador de la fortuna y heredero de la mansión de Detroit.
Su hijo Clarence no participó en el juicio debido a una enfermedad mental. Sin embargo, el testamento de Aretha Franklin señala que la herencia - que incluye prendas de lujo, joyas, inmuebles y derechos de autor- debía poder sostenerlo financieramente.
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