"Me preocupa, no porque sean homosexuales, me preocupa cómo los demás reaccionarán y lo percibirán, y luego la presión está sobre ellos", dijo el duque de Cambridge.
En el marco del mes del orgullo LGTBIQ+, el príncipe William participó de una discusión grupal encabezada por varios embajadores de la causa, quienes forman parte de la organización benéfica “Albert Kennedy Trust”, que busca defender los derechos y libertades de las personas homosexuales.
Ente otras preguntas, el duque de Cambridge fue consultado sobre cómo se sentiría si alguno de sus hijos tuviera una orientación sexual distinta. Su reacción entusiasmó a los participantes del foro, pues el duque de Cambridge afirmó que no tendría ningún problema si es que esto sucediera con George, su hijo de cinco años; con la princesa Charlotte, de cuatro; o con Louis, de a penas un año.
"Lo he estado pensando recientemente porque un par de otros padres también me lo dijeron a mí. Creo que realmente no empiezas a pensar en eso hasta que eres un padre, y creo que, obviamente, todo está bien para mí", dijo el príncipe de 37 años.
La principal preocupación del duque de Cambridge no es a quienes decidan amar sus hijos, sino la reacción que tendrían quienes los rodean. “Me preocupa, no porque sean homosexuales, me preocupa cómo los demás reaccionarán y lo percibirán, y luego la presión está sobre ellos", comentó.
Además, aprovechó para reiterar su apoyo a la comunidad LGBTIQ+ y hacia sus hijos, si en caso alguno de ellos perteneciese a ella. “"Apoyo plenamente cualquier decisión que tomen, pero desde el punto de vista de los padres me preocupa cuántas barreras, palabras de odio, persecución y discriminación pueden llegar. Eso es lo que realmente me molesta un poco", dijo.
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