El compositor italiano consideró un error que la banda sonora de un filme sobrepase la calidad de la película a la que acompaña.
"El compositor tiene que tener la modestia de no superar técnicamente a la película. Una vez intenté salvar un filme muy malo y pretencioso con una composición suntuosa y fue como poner un vestido bonito a una persona fea", dijo en una rueda de prensa en Rabat el ganador de un Oscar honorífico a su carrera en 2007.
"Como resultado se vio que esa persona era todavía más fea. Lo entendí y me dije que nunca más", indicó Morricone, que esta noche actúa en el festival Mawazine de la capital marroquí.
El conocido autor de bandas sonoras como "Il buono, il brutto, il cattivo" ("El bueno, el feo y el malo") o "Cinema Paradiso", uno de los pocos que disfrutan del honor de que sus creaciones se reconozcan con unas pocas notas, subrayó también que cuando compone no piensa "en llegar a la inmortalidad".
Inicialmente vinculado a los nuevos realizadores italianos, como Bellochio y Bertolucci, su gran éxito le llegó de la mano de Sergio Leone, con el que colaboró poniendo música a numerosos filmes del llamado "spaghetti western", entre ellos, "Per qualche dollaro in più" ("Por un puñado de dólares", 1964), que le supuso el lanzamiento definitivo.
"Me asombra que se me recuerde siempre por los filmes de Leone pero no por los que he hecho con Brian de Palma y con otros tantos directores. Mi trabajo con todos ellos siempre tuvo la misma calidad, pero la diferencia es que Leone le dio mayor espacio a la banda sonora y entonces ésta tuvo más visibilidad", destacó.
Tras una prolífica carrera de más de 50 años, en la que ha puesto música a más de medio millar de producciones de cine y televisión, reconoce no tener más entusiasmo por el Oscar que por los otros galardones que ha recibido con el paso del tiempo.
"No trabajo por los premios, sino para componer música de la mejor manera posible. Me debo fiar sólo de mí mismo y no de la valoración que los demás hagan de mi obra, aunque me agrada una apreciación que se transforma en premio", recalcó Morricone, nacido en Roma en 1928.
El compositor reveló también que no tiene "una manera consolidada" de trabajar, pero sí que el oficio acumulado en todos estos años le ayuda a superar dificultades como las que imponen las prisas.
Asimismo, indicó que su participación de esta noche, en la que dirigirá a una orquesta de cien músicos de la Filarmónica de Roma y a un coro de 90 marroquíes, será una buena oportunidad para comprobar de manera independiente la calidad de algunas de sus más famosas obras.
El conocido autor de bandas sonoras como "Il buono, il brutto, il cattivo" ("El bueno, el feo y el malo") o "Cinema Paradiso", uno de los pocos que disfrutan del honor de que sus creaciones se reconozcan con unas pocas notas, subrayó también que cuando compone no piensa "en llegar a la inmortalidad".
Inicialmente vinculado a los nuevos realizadores italianos, como Bellochio y Bertolucci, su gran éxito le llegó de la mano de Sergio Leone, con el que colaboró poniendo música a numerosos filmes del llamado "spaghetti western", entre ellos, "Per qualche dollaro in più" ("Por un puñado de dólares", 1964), que le supuso el lanzamiento definitivo.
"Me asombra que se me recuerde siempre por los filmes de Leone pero no por los que he hecho con Brian de Palma y con otros tantos directores. Mi trabajo con todos ellos siempre tuvo la misma calidad, pero la diferencia es que Leone le dio mayor espacio a la banda sonora y entonces ésta tuvo más visibilidad", destacó.
Tras una prolífica carrera de más de 50 años, en la que ha puesto música a más de medio millar de producciones de cine y televisión, reconoce no tener más entusiasmo por el Oscar que por los otros galardones que ha recibido con el paso del tiempo.
"No trabajo por los premios, sino para componer música de la mejor manera posible. Me debo fiar sólo de mí mismo y no de la valoración que los demás hagan de mi obra, aunque me agrada una apreciación que se transforma en premio", recalcó Morricone, nacido en Roma en 1928.
El compositor reveló también que no tiene "una manera consolidada" de trabajar, pero sí que el oficio acumulado en todos estos años le ayuda a superar dificultades como las que imponen las prisas.
Asimismo, indicó que su participación de esta noche, en la que dirigirá a una orquesta de cien músicos de la Filarmónica de Roma y a un coro de 90 marroquíes, será una buena oportunidad para comprobar de manera independiente la calidad de algunas de sus más famosas obras.
"El concierto, sin el soporte de las imágenes, puede dar con certeza el valor formal de la música que he escrito. Va a ser clarificador", aseguró antes de una de las citas más esperadas de este festival que finaliza el próximo 23 de mayo.
Efe
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