Con sus propias palabras, así como contándole un secreto a su mejor amigo, en su último libro la actriz reveló detalles de cómo fue ser la princesa intergaláctica.
“...No creo que nadie pueda pensar en Leia sin que yo merodee también por sus pensamientos… así que la princesa Leia somos dos, en plural”, escribió Carrie Fisher en su libro El diario de la princesa, editado en español este año, luego de su muerte en diciembre de 2016.
Esta vez, Carrie Fisher se animó a contar detalles de cómo fue para una menor de edad de 19 años (en Estados Unidos la mayoría de edad se cumple a los 21) ser parte de una gran mega producción y trabajar con quienes años después se convertirían en los más grandes personajes del cine.
La joven, además de sus complejos por sus, según ella, enormes mejillas, tuvo que superar el hecho de ser la única mujer en un elenco conformado íntegramente por varones. Ella, hija de dos megaestrellas de Hollywood, Debbie Reynolds, protagonista de Cantando bajo la lluvia, y el famoso cantante Eddie Fisher, narra como hizo las audiciones y se sometió a la rigurosidad de los directores, como cualquier aspirante a un papel.
Este libro es una especie de catarsis entre amigos, así de coloquial. Aquí Carrie Fisher contó en sus propias palabras lo que fue para ella ser una princesa intergaláctica toda su vida después de 1976. Ningún papel posterior al de Leia Organa pudo hacer que su rostro sea asociado a otro personaje, ni siquiera al de la misma Carrie Fisher.
En esta galería conocerá, evitando cualquier spolier del libro, algunos detalles que despertarán su curiosidad por saber más y harán que vaya a adquirir el libro en el que se revela la historia de amor que traspasó las pantallas de cine y se hizo realidad durante las grabaciones de Star Wars.
“Me gustaba ser la princesa Leia. O que la princesa Leia fuese yo. Con el tiempo nos fusionamos en una sola persona”, confesó Carrie Fisher.