Depp quería limpiar su imagen, pero ha acabado sacando los trapos sucios de su matrimonio con Heard en el juicio por difamación contra el diario The Sun. "Pasé de ser Cenicienta a convertirme en Cuasimodo", dijo respecto a las afirmaciones de que golpeó a su expareja.
Johnny Depp quería limpiar su imagen, pero ha acabado sacando los trapos sucios sobre su matrimonio con Amber Heard. Desde la semana pasada, el actor estpa enzarzado en un juicio por difamación contra el diario sensacionalista The Sun y su grupo editor NGN en Londres.
La estrella, de 57 años, acusa al tabloide de haberlo presentado en 2018 como un "golpeador de esposas", dando por sentado que pegó a Heard, algo que él siempre ha negado.
La querella buscaba limpiar su imagen, muy dañada en Hollywood según Johnny Depp por las afirmaciones del diario: "pasé de ser Cenicienta a convertirme en Cuasimodo en 0,6 segundos", afirmó.
Pero desde el inicio del juicio, el protagonista de "Pirata del Caribe" ha sido profusamente interrogado por la abogada de NGN sobre 14 presuntos actos de violencia doméstica que datan del 2013 al 2016. En el 2017, cuando la pareja se separó, Amber Heard habló de "años" de violencia "física y psicológica", acusaciones que el actor niega.
UN ESTILO DE VIDA EXCESIVO
Hasta ahora, los interrogatorios en Londres se han centrado en sus problemas de drogadicción y su excesivo estilo de vida. Han salido a la luz mensajes privados, fotos y testimonios acusatorios.
Los expertos en la industria del espectáculo están divididos sobre la conveniencia de exponerse a estas tres semanas de escrutinio público.
"Fue extremadamente desacertado seguir adelante con esta demanda", dijo el abogado de prensa Mark Stephens del bufete londinense Howard Kennedy. "Exponer (un divorcio difícil) a tal escrutinio es el colmo de la estupidez o la arrogancia", agregó.
Por el contrario, Emily Cox, del bufete Stewart, considera que Johnny Depp no tenía otra opción: no defenderse "sin duda habría afectado su carrera de manera mucho más significativa que los detalles de su vida que el público ve ahora".
En la era de Internet, "los ataques de esta magnitud tienen hoy un impacto permanente a menos que sean impugnados en un tribunal", dijo en el diario Daily Telegraph.
DROGAS, DESTROZOS Y DESFALCOS
En días pasados, el protagonista de "Piratas del Caribe" afirmó drogarse tanto en aquella época que "no estaba en condiciones físicas de pegar a nadie" y reconoció haber destrozado clubes nocturnos y habitaciones de hotel por valor de miles de dólares.
Su defensa ha buscado probar que Amber Heard, de 34 años, montó meticulosamente un caso contra él durante sus dos años de tortuoso matrimonio, para propulsar su carrera. Que era ella la violenta y que también tomaba drogas.
Johnny Depp recordó el cumpleaños 30 de su expareja, en abril de 2016. Había llegado tarde tras enterarse de que su exadministrador lo había despojado de US$ 650 millones acumulados "desde Piratas 2 y 3", dijo.
Reconoció "posible", en respuesta a una pregunta de su abogado, haber fumado cannabis en esa ocasión. Aseguró que esa sustancia tiene un efecto "calmante" en él y que, por lo tanto, era imposible que estuviera en un estado de "rabia" como afirma NGN.
También aseguró que en marzo de 2015 en Los Ángeles no pudo agarrar del pelo de su esposa con una mano y golpearla con la otra porque tenía un yeso. Se lo pusieron porque, según él, Amber Heard le había seccionado un trozo de dedo hasta el hueso con una botella durante una pelea en Australia.
Y a modo de prueba presentó un mensaje enviado poco después de otro incidente en diciembre de 2015 por el padre de la actriz, el actor David Heard, en el que este admite que su hija tiene problemas de humor, así como Depp los tiene con las drogas y el alcohol.
"Su reputación se verá permanentemente manchada si se descubre que él le pegó", dice Stephens. Y "si Heard miente, le será muy difícil encontrar trabajo en Hollywood". (AFP)
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