Sarah Jessica Parker habló sobre su regreso a la televisión con la serie Divorce.
La actriz estadounidense Sarah Jessica Parker regresa a la pantalla chica, doce años después del final de la mítica serie Sexo en Nueva York, con Divorce, un giro a la psicología femenina. La propuesta no desanima a la experimentada actriz que prefiere desenvolverse en roles desconocidos.
"Llevo actuando desde los ocho años y conozco bien mi profesión, pero sigo teniendo miedo; todo el rato siento que mi trabajo me plantea desafíos, pero eso es justamente lo que me hace feliz. Me gusta sentir que me ponen a prueba, y ponerme yo. Te aseguro que el confort o la comodidad no son cosas que yo busque a la hora de aceptar un trabajo", aseguró Parker en entrevista con la agencia Efe.
Pomposo retorno a la TV. La actriz reconoció que Sexo en Nueva York (1998-2004) fue una ficción revolucionaria que mostró al mundo el punto de vista de la mujer: "No sé en España -dijo- pero en EE.UU. no había esas voces femeninas sobre política sexual, economía, etc... No había nada, y yo como empleada y usuaria, y como estadounidense, puedo decir que aquella serie fue un punto de inflexión".
Ahora, dice, no está "tan segura" de saber qué necesitan las mujeres, pero algo que oye con frecuencia es el deseo de ser escuchadas, unas con esa necesidad "de manera más urgente" que otras: "Creo -zanja- que debemos ser conscientes de las voces que no oímos".
Entre ellas, sitúa la actriz a Frances, su nueva Carrie Bradshow, una mujer madura que encara su divorcio, a veces con humor, otras no tanto.
"A lo mejor este personaje está haciendo un servicio público; no estoy segura -dice entre risas-, para mí ha sido una experiencia muy gratificante y muy interesante. No sé si va iniciar un movimiento en pro de mujeres con la valentía suficiente para dejar a sus maridos o sus relaciones de larga duración, pero ya es suficientemente bueno saber que nada de lo que contamos en ella le es ajeno al público", señala. EFE
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