La comparación entre el sueldo de Patricia Fernández, que era solo una secretaria, con el de Beatriz Pinzón, que se volvió asistente de Don Armando, generó revuelo en las redes sociales.
“Yo soy Betty, la fea” es una novela colombiana que fue estrenada hace más de 20 años y se ha convertido en una de las favoritas luego de que ingresara al catálogo de Netflix. Si bien el amor de 'Don Armando', presidente de Ecomoda, y su secretaria, Beatriz Pinzón, emocionó a más de uno, en el fondo escondía una realidad que muchos no notaron.
Como se recuerda, Armando Mendoza tenía bajo su mando a una serie de empleados como las del ‘Cuartel de las feas’ y a Patricia Fernández, la popular ‘Peliteñida’, quien a pesar de haber estudiado “seis semestres de finanzas en la San Marino”, se quedó con el puesto de asistente solo por su belleza.
Para entender mejor la situación que se vivía en Colombia en ese año, el usuario de Twitter “Monedas Colombia”, puso con detalles algo que causó indignación en los fanáticos que no se habían dado cuenta de la realidad que reflejaba “Yo soy Betty, la fea”. La injusticia que demostró es lo que se ve hasta el día de hoy en las empresas.
“En el año 2000, en la novela “Yo soy Betty, la fea”, Patricia Fernández, con 6 semestres de finanzas en la San Marino, tenía un sueldo de $2.500.00 mensuales (pesos colombianos). Betty tenía un sueldo de $444.000, luego subió a $1.000.000. El salario mínimo mensual en el año 2000 era de $260.100”, reza la publicación.
¿Por qué debemos prestarles atención a las cifras? Pues, ‘La Peliteñida’ ganaba mucho más que Beatriz Pinzón cuando esta última trabajaba hasta horas extras. La polémica llegó a todas las redes sociales donde la novela colombiana hace una posible referencia a la corrupción en este rubro, mientras que otros aseguraban que es lo que en verdad pasa en algunas compañías.
Muy aparte de si es verdad o no que “Yo soy Betty, la fea” haya tenido como objetivo destapar lo mencionado, se nota el claro ejemplo de machismo escondido en tener un buen puesto de trabajo solo “por ser bonita” y no por ser capaz, tal y como era Betty.
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