La actriz y comediante vuelve recargada con su popular unipersonal "Se busca marido cama adentro", que tendrá fechas en Plaza Norte, el Teatro Peruano Japonés y, por primera vez, en Chiclayo.
Johanna San Miguel no pudo elegir escenario más propicio para recibirnos y brindarnos una entrevista: una cama enorme, en una suite dentro de un hotel sanisidrino es la locación idónea para hablar de su unipersonal "Se busca marido cama adentro".
La actriz y comediante se siente cómoda, relajada y lista para hablar ─entre muchas otras cosas─ de temas que le hicieron pasar más de un mal rato en los últimos años, como su relación con el joven actor Stefano Salvini.
Luego de romper el hielo con una broma en la cama y asegurarnos que ya no existen hombres disponibles en el mundo, Johanna habla de la catarsis de su unipersonal, la necesidad de que las mujeres de hoy en día se expresen, sus inquietudes literarias, Pataclaun, y la persecución mediática que sufrió por su romance con un actor 20 años menor.
Tuviste lleno total en la reposición de tu unipersonal, ahora estrenas nuevas fechas...
Estamos muy contentos, hemos tenido el 30 y 31 lleno total. El 27 y 28 de noviembre estaremos también en el Teatro Peruano Japonés y ya tenemos el 90% de las entradas vendidas. El 16, 17 y 18 nos iremos a Plaza Norte con doble función, entonces estoy nerviosa, a la expectativa, emocionada, ilusionada. El 24 y 25 estaré en Chiclayo, y con la productora estamos viendo a donde más nos iremos. El show es muy divertido y la gente va a salir bastante relajada.
Cinco años después del último show , ¿qué hay de diferente en esta reposición de "Se busca marido cama adentro?"
Ha cambiado un montón. Después de 5 o 6 años pasan tantas cosas, parece poco tiempo pero todo lo que sucede... no te puedo contar detalladamente porque me quedaría hablando mucho. Hay situaciones nuevas, hablo de una separación después de muchos años de convivencia, sobre cómo se siente una mujer "divorciada". La premisa es la misma: no hay hombres disponibles, no quedan. Hay demasiadas mujeres y muy pocos hombres.
Además, es interesante que estos tiempos le dan un contexto distinto a las historias contadas por mujeres...
Exacto... lo que pasa es que vivimos en una sociedad machista, eso lo sabemos. Latinoamérica es bien machista. Y las mujeres hemos ido ganando poco a poco el lugar que nos corresponde. Pero siempre ha habido eso de cuidar lo que decimos por lo que pueden pensar de nosotras, el temor al qué dirán, que es algo super incrustado en nosotros. Siempre estamos bajo una lupa gigantesca, por eso para mí este show es totalmente liberador. Algo que aplaudo es que las mujeres ─así suene cliché─ se van empoderando y de eso debemos aprender porque somos libres. Si queremos usar un escote o una minifalda, o estar con una persona 25 años menor, somos libres para hacerlo. Siempre y cuando no hagamos daño a terceras personas, somos mujeres libres e independientes que no deben tener miedo sino aplaudirnos entre nosotras y estar juntas.
Wendy Ramos lanzó su libro 'Diario de una vaca descarriada' con mucho éxito, ¿Has pensado en hacer lo mismo con el unipersonal?
Sí, se me ha pasado por la cabeza sacar un libro lúdico o interactivo. Es algo que he pensado hacer con el show. Se puede materializar el próximo año, pero hay que trabajarlo. Hace años ya hice algo con Carlín, con el libro de "Yo te amo, yo tampoco".
¿Reírse de uno mismo es un recurso que aprendiste de Pataclaun?
Claro que sí, estar en Pataclaun es una catarsis absoluta. Reirte de tí mismo, de tus errores, de tus fracasos, es la única manera de superar las cosas. En mi caso que soy actriz y comediante, me sirve muchísimo. La risa es sanadora, y gratificante, más aún cuando veo al público reirse de cosas que pueden parecer tan fuertes.
Después de la sesión de fotos con el elenco de Pataclaun, se nos ocurre preguntar: ¿Habrá una próxima reunión?
Nadie sabe qué va a pasar, pero las veces que nos hemos visto o nos hemos juntado, nos dimos cuenta de que no va a volver a pasar (una reunión). Pataclaun fue ese elenco, esa directora y ese momento específico, y por eso funcionó, porque los astros, el universo... todo se juntó para que esa serie perdure hasta el día de hoy. Incluso, 'Queca' sale en 'Se busca marido cama adentro', amo a mi personaje, me encanta, porque cuando tienes la nariz, tienes una licencia para decir un montón de cosas... ¡aunque ya no necesito la nariz para decir un montón de cosas que pienso a estas alturas de mi vida! (risas).
¿Y si llegara la oferta de juntarlos para un show en vivo o algo similar?
No, ¿hacerlo de nuevo? ¿ponernos la nariz roja? no creo. Mis compañeros también están en otra. Sí podríamos hacer algo juntos, de cualquier otra cosa [pero no de Pataclaun]. ¿En qué momento?, no sé cual.
¿Fue difícil hablar en el unipersonal sobre tu relación con Stefano Salvini, y sobre todo, pedirle permiso para mencionarlo?
Si vas a hablar de alguien, debes tener su consentimiento, y no había ningún problema. Para mí salió completamente natural hablar de ese tema porque es algo que he vivido en carne propia. De hecho, casi me crucifican y casi me queman viva, fui como una bruja de Salem...
¿Qué tan fuerte fue el acoso mediático?
¡Fuertísimo! No entendí qué pasaba porque he crecido en una familia con mente muy abierta. Y yo pensaba qué era raro, pues un hombre de 40 años puede estar con una chica de 25 y hasta le dicen 'maestro', 'campeón', y ahí queda, no se desmenuza más. Pero cuando una mujer de 40 está con alguien 20 años menor se pega el grito al cielo. Me han dicho de la A a la Z, me han dicho de todo. Ya estoy curtida, tengo piel de chancho y me pueden decir lo que quieran. Pero me parecía raro que con hombres [el tema] pasa por agua tibia y con nosotras no. Ese tema lo abordo con humor en el unipersonal.
Y respecto al proceso, ¿qué tan difícil superarlo?
Fue un proceso. Con todos los matices, con todas las etapas. Desde la sorpresa, el enojo, la indiferencia... pero sí, extraño, un proceso extraño. No lograba entender qué tan interesante o raro podía ser [su relación con Stefano Salvini], lo cual confirma que vivimos en una sociedad machista.
¿Eso engloba todo, no crees?
Los hombres tienen licencia de hacer más cosas, no en todo, claro. Por ejemplo, los hombres podrán salir con una chica menor, pero no pueden ser vulnerables. Solo pueden llorar cuando Perú va al Mundial. El hombre tiene que ser macho, no puede tener gato... (risas). Es el chip que tenemos metido dentro, y tenemos que sacarlo de nuestra cabeza. Hay que ser felices y hacer lo que nos provoca, hemos venido a ser felices, libres y auténticos.
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