Ante Chile, la Selección Peruana ratificó las certezas con las que llegó a la Copa América, pero también mostró distinta determinación para comenzar a consolidarse como un elenco combativo.
¿Cuáles eran las conclusiones sobre la Selección Peruana tras los amistosos? Un equipo con solvencia defensiva, al que le costaba crear situaciones concretas de peligro y con pocas cartas de recambio. El comienzo de la Copa América 2024 ratificó esos puntos, pero con un crecimiento en cada aspecto que se graficó en el empate 0-0 frente a Chile y que va indicando que Jorge Fossati cada vez va definiendo su once base.
Se sostuvo el 1-3-5-2, con la novedad de Luis Advíncula comenzando las acciones por el sector izquierdo antes que Marcos López, quien a los 35’ entraría al ruedo por la lesión del lateral de Boca. Miguel Araujo, Carlos Zambrano y Alexander Callens componiendo la defensa; Andy Polo en el carril derecho; Wilder Cartagena en el eje de la volante entre Sergio Peña y Piero Quispe; y Edison Flores con Gianluca Lapadula en la delantera.
Sostenerse en la defensa
Identificando a un rival más asentado en la propuesta de su entrenador, Fossati optó por ser cauto al inicio. Rápidamente los de Ricardo Gareca tomaron el control de la posesión, buscando atraer a la ‘bicolor’ para atacar los espacios entre los medios y la defensa. ‘La Roja’ mostraba movilidad para desbaratar la estructura peruana, sin embargo, ante la orden de no permitir jugar a Erick Pulgar -el primer pase- por las vigilancias de Flores, Lapadula o uno de los interiores, Chile no lograba sorprender.
La variante chilena fue entonces despegar por fuera. El balón partió desde la derecha con Isla a la espalda de Cartagena, este llegó a la amplitud del otro lateral y el desmarque de Dávila, que puso a Alexis Sánchez frente al arco en el área chica tras filtrarse entre la zaga nacional.
Para un Chile claramente dominador, aquella fue la acción en la que realmente llegó con firmeza a la portería contraria según lo expresado en sus partidos de preparación. ‘La Roja’ dispuso pressing en campo rival y con un Perú que no conseguía sostener la pelota -a excepción de algunos intentos de jugar largo hacia sus delanteros- recuperaba pronto el control.
Crecer en los duelos
La Selección Peruana pudo sacudirse recién del asedio pasada la media hora y tras empezar a imponerse en los duelos en diversas alturas del campo. 51 % sobre 49 % de Chile en todo el compromiso. La mejor respuesta en las dividas permitió trascender con la pelota, encontrar posesiones más largas y hacer correr al contrario con cambios de orientación.
Los centrales pasaron de estar a 30 metros de Gallese porque Chile los llevaba a colocarse ahí, a aproximarse más a la línea de mediocampo para anticipar cuando se buscaba los puntos de apoyo con Vargas o Sánchez.
Jorge Fossati no realizó variantes para el segundo tiempo, pero Perú cambió, o en todo caso creció. Creció desde la actitud de sus futbolistas. No se duda que en los cotejos de preparación buscaron siempre dar más, pero la determinación en el primer partido de la Copa América fue totalmente distinta, principalmente en el complemento.
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El papel de los interiores
La ‘Bicolor’ acrecentó la prestación para ir a los duelos, pero también fue una orden desde la zona técnica de buscar más el balón. Cartagena dio con el ritmo del trámite, Piero Quispe en un rol de recuperador y juego corto, mientras que Sergio Peña pasó a convertirse en el conductor. Perú se movió entorno a la dinámica de Peña con la pelota, de llevar el esférico de un lado a otro, pisarle y atreverse. Salir del rol de elenco retenido.
De los interiores se aguarda trasciendan más como protagonistas teniendo el control, acaso el aspecto más cuestionado en el ciclo Fossati, no obstante, no se puede dejar de lado lo que ofrecen en la recuperación.
En la búsqueda de ese equilibrio, ante Chile fue Peña el jugador por el que más pasó el balón (73 toques), el que más intentó distribuir y también el que tuvo más acierto (31 de 43 pases). Sergio consiguió mostrar momentos de sociedad con Andy Polo. A contraparte, Piero Quispe influyó más sin balón. Realizó 7 entradas, más que otro jugador en el ‘Clásico’, el segundo del partido en acciones defensivas (10) y también quién más ganó en duelos en el suelo (9).
Los mejores momentos de Perú, aprovechando la intrascendencia de Sánchez y Dávila en el segundo tiempo para obligar a retroceder mucho más, correspondieron al ejercicio de los interiores. Fossati optó por la carta de Joao Grimaldo en lugar de Quispe, mucho más explosivo, no obstante, sin el volante de Pumas también descendió la cantidad de recuperaciones, lo que muestra una respuesta al por qué el uruguayo sostiene al exintegrante de Universitario en el once inicial.
Perú dio un pase adelante y el próximo reto, frente a Canadá, será sostener el rendimiento: de la solvencia de los centrales, del nivel de determinación de todo el equipo, de insistir por más tiempo con el protagonismo con la pelota. 4 sobre 1 fueron los disparos directos de la ‘bicolor’ frente a Chile, una inesperada estadística en la previa y la que también comienza a exigir la efectividad de los delanteros.
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