En comunicación con RPP Noticias, el jugador de la 'Máquina Celeste' indicó que se debería hacer efectiva la normal que sanciona con cárcel a los que cometan actos racistas.
Cansado de los actos racistas, Jhoel Herrera pidió en RPP Noticias que se castigue con cárcel, tal y como lo establecen las leyes peruanas, a los hinchas que discriminan a un jugador por su color de piel.
"En Brasil, en una Copa Libertadores, un jugador insultó a otro por su color. Éste salió, fue denunciado y pasó una noche en la cárcel. Yo sé que acá en el Perú, un acto racista de cualquier índole está penado. Estoy yendo lejos, pero si está penado hay que hacerlo efectivo", indicó Herrera.
En otra parte de sus declaraciones, agradeció las muestras de apoyo que tuvo luego de que en el estadio de la UNSA de Arequipa, en la semifinal entre Melgar y Real Garcilaso (1-0), fuera víctima de racismo por parte de algunos hinchas 'rojinegros'.
"Esto no tiene nada que ver con Arequipa, ni con Melgar. Solo se trata de un grupo de ignorantes que se paran en la tribuna y se creen con el derecho de insultar a otra persona", aclaró.
Sí se ha castigado el racismo en el Perú
El pasado 24 de noviembre, el Poder Judicial dictó su primera condena por el delito de discriminación racial. Fue por un caso sufrido en 2012 de una ciudadana afroperuana en su centro de trabajo en Junín.
"Esta es la primera condena penal que se realiza en Perú por un caso que contenga el tema de racismo", dijo a la AFP Gonzalo Silva, coordinador de la Plataforma de Alerta contra el Racismo del ministerio de Cultura.
La afroperuana Azucena Asunción Algendones sufrió constantes agresiones por parte de compañeros de trabajo. Una compañera la calificó de "negra cocodrilo" en marzo de 2012 y sus colegas incluso alteraron su foto en el control de personal, para que cuando ella registrase su ingreso, apareciera el rostro de un mono en vez de su foto.
Algendones se quejó ante sus empleadores de la empresa municipal de servicio de agua potable, Sedam Huancayo, pero no fue escuchada. Fue entonces que llevó el caso a la justicia.
La sentencia halló a dos de sus exjefes como responsables de racismo, al no haber actuado cuando recibieron las denuncias, y los condenó a 3 años de prisión y al pago de una reparación civil de unos 1 500 dólares.
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