El golero esloveno fue la figura de los 'Colchoneros' en la semifinal ante Bayern Munich y aquí te contamos la clave de su buen nivel.
El esloveno Jan Oblak, portero del Atlético de Madrid, deslumbró en la Champions League con un partido perfecto frente al Bayern Munich, el enésimo reto superado por un guardameta "sin miedo", un tipo tranquilo y un "adicto al trabajo", según cuentan los entrenadores desde su debut como profesional con 16 años.
Desde los 16 años, desde que Oblak, hijo de portero, debutó como profesional en el Olimpija de Liubliana, en julio de 2009, cuando recorría diariamente en bicicleta los 25 kilómetros que separaban su pueblo del lugar de entrenamiento, cuando iniciaba una carrera que apuntaba alto, camino primero del Benfica y después del Atlético de Madrid.
Cuando dio el salto al Benfica, Andrej Kracman, su entrenador de porteros en el club esloveno, hablaba entonces mucho con él por teléfono, según cuenta en la página web oficial de la UEFA, cuando era habitual en el banquillo, con 17 años, un futuro enorme y sin minutos: "Jan no tiene miedo. Es realmente un adicto al trabajo".
"Siempre me ha sorprendido su madurez. A pesar de que él era tan joven cuando jugó en el primer equipo del Olimpija, él estaba ansioso por escuchar y seguir todas las instrucciones", explica Jani Pate, su técnico en el club esloveno, del que fichó por el Benfica en el verano de 2010.
Triunfar en Portugal fue otra cosa, más larga en el tiempo. Necesitó paciencia y esfuerzo mientras iba cedido de un club a otro. Del Beira Mar al Olhanense, ambos en 2010-11 y como suplente; del Uniao Leiria, ya con 17 encuentros en 2011-12, al Río Ave, con 31 en 2012-13, en el que coincidió con el entrenador Nuno Espírito Santo.
"Oblak es un portero al que aprecio por las habilidades técnicas que tiene, pero también por su carácter. Es un portero que se enfrenta a los retos de una manera muy tranquila, sin ningún tipo de estrés o nervios, independientemente del rival", explica el extécnico del Valencia en declaraciones a la página web de la UEFA.
En 2013-14, en su primera oportunidad real de triunfar en el Benfica, surgida de una lesión de Artur, lo hizo con determinación y con sus múltiples cualidades, las que llevaron al club rojiblanco a ficharle en 2014-15 para suplir una baja importantísima, el belga Thibaut Courtois. Entonces parecía insustituible; ahora no. Está Oblak, el impulsor de otra final de Champions del Atlético de Madrid.
EFE
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