Los jugadores del Leicester City estaban tan felices por la última victoria ante el Swansea por 3-0 que organizaron una alocada fiesta.
Parece que esá de moda que los jugadores de la Premier League celebren con fiestas de disfraces. Los pioneros en el tema fueron los jugadores del Crystal Palace, quienes adelantaron Navidad para hacer una reunión de confraternidad. Y ahora es el turno de Leicester City, que decidió organizar una fiesta del mismo tipo al llegar a la punta de la liga inglesa.
El Leicester aprovechó este sábado el tropiezo del Manchester City en Stoke y gracias a un triplete del argelino Riyad Mahrez derrotó por 3-0 al Swansea y se colocó líder de la Premier League. No marcó Jamie Vardy, que dejó su récord en once jornadas consecutivas anotando, pero sí Mahrez, una de las sensaciones esta temporada en la liga inglesa.
Sabían los de Claudio Ranieri que un triunfo en el Liberty Stadium los colocaría líderes, puesto que el Manchester City había caído en el partido inaugural de la jornada a manos del Stoke (2-0). Con dos goles en la primera mitad -el segundo en fuera de juego- y otro en la segunda parte, los 'Foxes' hundieron un poco más a un Swansea que encadena cinco jornadas sin conocer la victoria y que no consigue salir de la parte baja de la tabla.
"Me siento muy bien. Creo que hicimos un gran partido, en el que marcamos tres goles y tuvimos tres o cuatro ocasiones claras para poder anotar más. Además, no encajamos ningún gol, y eso siempre es positivo. Ahora, lo importante es seguir trabajando e ir sumando punto a punto", dijo Ranieri a la cadena Sky Sports tras el encuentro.
"Es verdad que hoy no marcó Vardy, pero sí lo hizo Mahrez, y eso es bueno para el equipo. Siempre le pido a los jugadores que jueguen por y para el equipo, que es lo más importante", señaló el técnico italiano. "No pensamos en el título, seguimos buscando los 40 puntos de la salvación, ese es mi objetivo primordial. Toca preparar los partidos que vienen en Navidad: Chelsea, Everton, Liverpool, Manchester City... No está nada mal", explicó un sonriente Ranieri.
EFE
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