En la prórroga, la lucha, las imprecisiones y la presión, crecieron hasta que un rechace, tras un disparo, cayó a los pies de James Troisi (Australia), que no lo desaprovechó.
La selección de Australia tocó la gloria al conseguir, en la prórroga, vencer la final ante Corea del Sur (1-2) y adjudicarse su primer título en su tercera participación y después de que hace cuatro años cayera en la final ante Japón.
No fue un gran partido de fútbol y la responsabilidad se adueñó de los protagonistas, que prefirieron no arriesgar para no poner en peligro su portería. Las ocasiones de gol se contaron con los dedos de la mano, pero el dominio del balón y de la posesión correspondió a los australianos.
Corea del Sur, a las órdenes del alemán Uli Stielike, trató de presionar constantemente al rival y Australia intentó salir de esa presión a base de pases y velocidad, lo que no siempre consiguió.
Massimo Luongo fue el autor para Australia del primer gol del partido, al filo del descanso, tras hacer un buen control al primer toque y conectar un disparo letal desde más de veinte metros que entra por la esquina inferior derecha de la portería surcoreana.
En la segunda parte tampoco abundaron las ocasiones y de hecho Corea del Sur sólo pudo empatar en el tiempo de descuento (min.91) cuando Heung-Min Son recibe un gran pase y remata a gol con un disparo por el poste izquierdo.
En la prórroga, la lucha, las imprecisiones y la presión, crecieron hasta que un rechace, tras un disparo, cayó a los pies de James Troisi (Australia), que no lo desaprovechó y mandó el balón al fondo de la red.
Los coreanos lo intentaron todo hasta el último segundo y, de hecho, Keun-Ho Lee y Heung-Min Son, en sendos claros fuera de juego, señalados por el árbitro, trataron de llegar a los penales, aunque finalmente Australia pudo cantar victoria.
EFE
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