El gobierno de Brasilia, a través de su ministro de Deportes Aldo Rebelo, ha exigido a la Conmebol medidas enérgicas por el caso de racismo que ocurrió en Huancayo contra el brasileño Tinga.
El caso de racismo que ocurriese la noche del miércoles durante el partido entre Garcilaso y Cruzeiro por Copa Libertadores está llegando a la más alta jerarquía del poder político brasileño. El ministro de Deportes del gobierno de Brasilia ha exigido, este jueves, que la Conmebol tome medidas "enérgicas" para combatir actitudes racistas como las que se presentaron ayer en el estadio Cuarto Centenario de la ciudad de Huancayo.
Según comunicado oficial, el titular de la cartera de deportes conversó personalmente con Eugenio Figueredo, presidente de la Conmebol sobre el particular caso del jugador de Cruzeiro, Tinga.
"En el año en el que el mundo se une para diseminar un mensaje contra el prejuicio durante el mundial de Brasil, es inconcebible el comportamiento que vimos en Huancayo. Tinga tiene todo nuestro apoyo en la lucha contra el racismo que esperamos, será combatido con firmeza por la Conmebol", expresó el ministro Rebelo.
Este es un pronunciamiento más sobre este asunto, después de que el tema llegara a las altas esferas del gobierno peruano y brasileño. Tanto Ollanta Humala como Dilma Rousseff condenaron los actos discriminatorios que se dieron en las graderías del estadio huancaíno contra el jugador Tinga, además de otras figuras del fútbol como Ronaldinho, Ronaldo y Neymar.
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