El escenario de Río de Janeiro fue cerrado para evitar una tragedia, ya que el techo del recinto podría derrumbarse con vientos de 63 kilómetros por hora.
La cobertura del estadio Olímpico João Havelange de Río de Janeiro podría derrumbarse con vientos de 63 kilómetros por hora, informó la Alcaldía de la ciudad brasileña después de clausurar el recinto.
La Alcaldía ordenó este martes el cierre del estadio, conocido como Engenhão, al recibir este informe, elaborado por la reputada compañía alemana Schlaich Bergermann und Partner (SBP).
El secretario municipal de Urbanización, Armando Queiroga, afirmó en una rueda de prensa que se puede tardar entre 30 y 45 días en elaborar un proyecto de reforma de la cobertura del estadio, que fue inaugurado en 2007 y albergará las pruebas de atletismo de los Juegos Olímpicos de 2016.
Queiroga descartó que puedan existir problemas similares en otras sedes olímpicas y aseguró que es un incidente "aislado" debido a que los arcos tensados que forman la cobertura eran una "estructura única en el mundo" en la época de su construcción.
El responsable de la Alcaldía no descartó que se presente un "plan de emergencia" para poder reabrir lo antes posible el "Engenhão", que recibe numerosos partidos de fútbol debido a que el otro gran estadio de la ciudad, el Maracaná, está en obras para el Mundial de 2014.
EFE
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