Ahora vendrán los elogios, ahora todos creerán en la selección y cuando se reanuden los trabajos en la Videna es probable, ojo probable, que reaparezcan todos los hueleguisos de este mundo, todos los figuretis o supuestos especialistas que no creían y se pondrán la vincha.
Escribe Efraín Trelles (Desde Buenos Aires)
La gente ha despoblado las graderías el estadio Único de la Plata. Ya los muchachos, nuestros muchachos, recibieron su medallita, ya se la pusieron al pecho y se la fueron mostrando uno al otro como escolares en día de premiación. Ya estamos entre los tres mejores de América.
Acompañado de Oscar Moral, un servidor sigue despachando con Solano y el gran Ñol suelta una expresión que yo rescato en esta fría hora de reflexión caliente.
“Hay que proteger el trabajo de Markarián” ha dicho Ñol y es acaso lo más importante en este momento. Claro, Sergio no es un desvalido que necesite protección. Hoy ha coronado con el tercer puesto el primer día de su segundo año al frente del Perú y falta el objetivo central: jugar el Mundial Brasil 2014 y jugarlo bien.
Entonces, ¿Por qué ha dicho Solano que hay que proteger el trabajo de Markarián y porqué considero yo que esa es la frase más importante, ahora que el balón se detuvo por fin? Porque nos conocemos. Por eso.
Ahora vendrán los elogios, ahora todos creerán en la selección y cuando se reanuden los trabajos en la Videna es probable, ojo probable, que reaparezcan todos los hueleguisos de este mundo, todos los figuretis o supuestos especialistas que no creían y se pondrán la vincha. Hasta es probable que los politicastros y vedetuchas pugnen por sacar pecho junto a la hoy victoriosa bicolor.
Oración y trabajo, esa ha sido la dupla ganadora de esta Copa en expresiones de Sergio Marcarían. Ojalá que no abandonemos ese evangelio y, si la turbamulta de oportunistas empieza con el zumbido interesado del abejorro, espero que Sergio recuerde las sagradas escrituras y expulse desde temprano a los mercaderes del templo.
Vuelvan tranquilos a la patria, angelitos, somos un equipo. Sepamos protegernos de las mala vibra y llegaremos a Brasil.
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