La "Roja" dominó de principio a fin a su rival de turno en choque válido por la clasificación a la Eurocopa 2016.
Una lección de fútbol de Isco Alarcón guió a España a media hora de buen juego para derribar el muro plantado por Bielorrusia, a la que goleó 3-0 recuperando viejas sensaciones sin añorar las bajas importantes con las que encaró el duelo.
La brillantez de España en el triunfo de su época dorada la marcó un centro del campo único. Sin Xavi Hernández ni Xabi Alonso, y ante Bielorrusia sin Andrés Iniesta por lesión sólo quedaba un superviviente, Sergio Busquets. Vicente del Bosque ha dado forma a la herencia dando paso a jóvenes valores. Koke, ya consagrado, y la irrupción de Isco que derriba la puerta a golpes de buen fútbol.
El genio de Málaga tardó diez minutos en meterse en su bolsillo a toda la afición del Nuevo Colombino. Con libertad en el campo para disfrutar del fútbol y hacer disfrutar con su fútbol. La nueva Roja generó expectación cuando Isco se adueñó del balón cerca del área. Todos esperan la genialidad y no falló a nadie.
Se sintió protagonista con todo en sus manos. El fútbol pasó siempre por él. Un regate uno dos sentando al rival. Un pase al espacio para dejar solo a Pedro. Un control mágico para proteger la pelota como nadie y salir al lado más inesperado. Un taconazo. Un disparo a la escuadra con un golpeo único en el fútbol mundial. Sin carrerilla, prácticamente clavado. Engañando con el cuerpo y colocando su derechazo donde un portero no llega en su estirada.
La clase magistral de fútbol de Isco en su quinto partido con la absoluta comenzó con una España que encontró su mejor juego en minutos de fútbol veloz, con intensidad para encontrar la fórmula para sacar los colores a una defensa de cinco de Bielorrusia. Laterales instalados en campo rival como extremos. Protagonismo continuo para Juanfran que puso centros siempre con peligro.
España tocó con rapidez y criterio. Pedro perdonó la más clara tras pase de Cazorla que disfrutó en la vuelta a la que fue su casa. Alcácer remató mal uno de esos centros de Juanfran y apareció Isco con su gol para tumbar el planteamiento defensivo de la selección eslava en un par de minutos. En el veinte, cuando aún se degustaba la genialidad del primer tanto, un rechace a nuevo servicio desde el costado derecho quedó muerto para el latigazo de Busquets. Su disparo se envenenó al tocar en un defensa rival.
El objetivo ya estaba conseguido y desde la media hora de partido, con ventaja cómoda en el marcador, España rebajó la intensidad. No había noticias de Bielorrusia, en una crisis de identidad que intentan solventar con cambio en el banquillo y la entrada de Andrei Zygmantovich. Poco nuevo pudo aportar. Sus jugadores no inquietaron a la defensa española. Un par de saques de esquina en sus llegadas inocentes. Un disparo desviado de Politevich tras un despeje como único intento de inquietar a Iker Casillas en el primer acto.
Estaba todo encaminado y no era necesario forzar a un jugador que sí ha demostrado compromiso. Busquets inició la concentración con molestias en el sóleo, en el descanso dejó su sitio a Bruno Soriano que se ha ganado su vuelta a la Roja dos años después como líder absoluto de un Villarreal que vuelve a estar asociado con el buen fútbol.
España se sintió tan superior que no vio necesidad de forzar la máquina. Ni añoró a indiscutibles como Silva, Iniesta, Cesc o Diego Costa. Hacía falta alguna cara nueva, hambre de éxito para volver a disfrutar. Isco seguía a lo suyo. Control alto de la pelota y sin dejarla caer, un regate con otro toque orientado antes de pedir penalti al no poder llegar a la pared que le lanzó Jordi Alba por un agarrón del rival.
Con Juanfran no van tampoco los bajones de intensidad. Una nueva subida suya le puso un centro a Alcácer que remató al travesaño. Dos minutos después decidió entrar en el área y dejar el balón a Pedro que la rompió a la red para volver a marcar a Bielorrusia, la selección a la que le hizo su único triplete de internacional.
El partido pudo acabar en ese momento. Bielorrusia dejó un disparo a puerta, a los 79 minutos con potencia de Nekhaychik que detuvo con seguridad Casillas. Y Del Bosque hizo debutar a dos canteranos madridistas que triunfan lejos de casa: José Callejón y Álvaro Morata. La madera evitó el segundo de Pedro en el cierre del telón, con España confirmando su reacción al traspié de Eslovaquia y caminando firme, y con nuevas caras, hacia la Eurocopa 2016.
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