La acusación de dopaje en el Mundial de 1966 ha generado un escándalo que remece las bases del fútbol alemán. Franz Beckenbauer fue parte de ese equipo que jugó en Inglaterra.
La Federación Alemana de Fútbol (DFB) rechazó las acusaciones de dopaje de varios internacionales en el Mundial de 1966, tras los informes difundidos sobre el uso de anabolizantes y otras sustancias en la Alemania occidental.
Fuentes federativas se remitieron a un estudio realizado por la Escuela de Estudios del Deporte de Colonia, según el cual está descartado que los internacionales alemanes incurrieran en dopaje en ese torneo.
El pronunciamiento sigue a la difusión de dos informes que han causado gran revuelo en el país, ya que apuntan a la existencia de un programa de dopaje masivo, con apoyo estatal, en la Alemania occidental.
En uno de los informes, bajo el título "Dopaje en Alemania desde 1959 hasta hoy", se alude a una notificación del entonces funcionario de la FIFA, Mihailo Andrejevic, en que se constata la existencia de "finas muestras" de efedrina en tres internacionales alemanes.
Las sospechas del uso de esta sustancia en el Mundial de 1966, primero en que realizaron controles, salieron ya a relucir en noviembre de 2011.
Las revelaciones sobre el dopaje en la Alemania occidental empezaron el pasado fin de semana, a través de los medios, y quedaron luego colgadas en internet por la propia DOSCB.
Se trata aún de un informe parcial, que ha puesto en entredicho la credibilidad del deporte en la República Federal de Alemania (RFA), al que solía verse como libre de culpa, en contraposición con el programa de dopaje masivo de la comunista República Democrática Alemana (RDA).
EFE
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