Ex entrenador de Cristal, Boys y Bolognesi condujo al título a la "U" sureña tras aplastar por 1-4 a la Universidad Católica.
Universidad de Chile conquistó hoy el torneo Apertura y una plaza en la Copa Libertadores del 2012 al remontar con una goleada por 1-4 la final contra la Universidad Católica, que en el partido de ida ganó por 0-2.
Gustavo Canales se vistió de héroe al aportar tres goles para que la "U" de Chile ganara su decimocuarto título y fue un protagonista principal en todo sentido, ya que finalmente se fue expulsado (m.78), por doble amonestación.
Canales abrió la cuenta para la "U" en el minuto 16, cuando convirtió un penalti tras un a falta de Rodrigo Valenzuela sobre Eduardo Vargas en el área católica.
El equipo dirigido por Juan Antonio Pizzi se recuperó rápido y a los 23 el argentino Lucas Pratto aprovechó un error de Marco González, que le erró al balón al tratar de rechazar y empató.
La tranquilidad le duró sólo dos minutos al equipo "cruzado", pues en los 25, el argentino Juan Eluchans marcó en propia puerta al tratar de rechazar de cabeza un centro de Charles Aránguiz.
El nerviosismo se apoderó de los dirigidos de Pizzi, mientras los pupilos del también argentino Jorge Sampaoli seguían machacando su área, fieles a su ideología ofensiva.
El argentino Tomás Costa, figura de la "UC" en el partido de ida, fue el primero en abandonar por expulsión en el minuto 35, cuando vio su segunda tarjeta amarilla.
En el minuto 52, Enzo Andía derribó a Gustavo Canales en el área de la "UC" y el mismo afectado se encargó de convertir el penalti que dejó a la "U" de Chile al borde de la hazaña.
Esta se concretó tres minutos después, cuando el propio Canales materializó una buena jugada de Edson Puch y sentenció la Liga.
De ahí hasta el final el partido se desdibujó en lo futbolístico, con los jugadores del perdedor descontrolados, buscando más el físico del rival que la pelota. En los 66 fue expulsado el central Alonso Parot por una patada contra Marcelo Diaz.
La impotencia colmó a los jugadores de la Católica, varios de los cuales cargaron contra el árbitro Enrique Osses, aunque sin llegar a golpearlo, mientras otros, de rodillas, lloraron de frustración.
EFE
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