Cuadro europeo dio la sorpresa y superó a un favorito Brasil. Serbia se coronó por primera vez en su historia campeón de la categoría.
Nemanja Maksimovic, centrocampista del Astana, otorgó a Serbia el título mundial sub-20 en Nueva Zelanda y frustró el sueño de Brasil de obtener el hexacampeonato e igualar con Argentina.
Maksimovic rubricó, a dos minutos del final de la prórroga, al culminar un rápido contragolpe, el espectacular trabajo como equipo del bloque balcánico ante un cuadro brasileño que no pudo hacer valer su superioridad técnica.
Predrag Rajkovic, meta del Estrella Roja, en cambio, impidió que fructificaran los tiros de Jean Carlos, delantero del Real Madrid, y de Gabriel Jesús, figura del Palmeiras, mientras que un disparo de un activo Joao Pedro salió mu cerca del poste izquierdo.
Serbia estuvo muy cerca de encontrar el premio a su esfuerzo en la prolongación del primer periodo. Un córner muy bien ejecutado, con un movimiento táctico perfecto, acabó en la cabeza de Sergej Milinkovic, cuyo remate lo detuvo muy atento en la misma línea el portero Jean.
El paso por los vestuarios no modificó apenas el panorama, aunque si cabe Brasil intensificó su dominio y de entrada tuvo una magnífica oportunidad en las botas del capitán Danilo, del Sporting Braga luso, pero su disparo se marchó ligeramente alto.
Habían pasado 572 minutos desde que Brasil encajara su último gol en este Mundial (no le habían batido desde el segundo partido de fase de grupos ante Hungría, m.8, Bence Mervo), y ocurría en un momento más que delicado y clave.
Serbia tocaba la gloria y a Brasil le tocaba remar contracorriente. Para su fortuna, el talento es infinito y, casi de inmediato, encontró el de Andreas Pereira, que había saltado al campo poco antes.
El jugador del Manchester United, belga de nacimiento e hijo del futbolista brasileño Marcos Pereira (fue internacional con los diablos rojos en sub-17 y sub-18), firmó el empate tras una bella y magnífica acción individual que culminó con un disparo cruzado al que no pudo responder Rajkovic.
En cambio, el arquero serbio sí que estuvo acertado para evitar que Brasil se adelantara en el tiempo de prolongación en un lanzamiento de falta ejecutado por el propio Andreas Pereira, con lo que mandó la final a la prórroga, la cuarta seguida para la selección balcánica.
Ahí volvió a manejarse como en eliminatorias precedentes. Hubo ocasiones por ambos bandos, pero el que dio el golpe definitivo fue Maksimovic a dos minutos del final, al culminar por bajo un contragolpe de libro muy bien llevado por sus compañeros.
Brasil por entonces estaba volcada en el área del cuadro serbio, que, al límite en el apartado físico, parecía que nada más que esperaba a los penaltis. Nada que ver. Estaba agazapado para dar el golpe de gracia a la final y hacerse con el primer título bajo su actual denominación.
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