El volante brasileño de Cruzeiro recibió en febrero insultos racistas de los hinchas de Real Garcilaso en partido por Copa Libertadores.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, recibió al volante Tinga, jugador del club Cruzeiro, y al árbitro Marcio Chagas, víctimas de agresiones racistas en las últimas semanas, en una reafirmación de su campaña para combatir cualquier tipo de discriminación durante el Mundial de Brasil 2014.
"Fue (una reunión) importante porque mostró que ella (la jefe de Estado) está preocupada con lo que ocurrió conmigo, con Marcio y con (el también futbolista) Arouca", afirmó Tinga en una rueda de prensa que concedió en la Presidencia tras el encuentro con la mandataria.
Un par de semanas antes de que los casos de discriminación empañaran el fútbol brasileño, Rousseff criticó los casos de racismo en el fútbol en el mundo y aseguró que el Mundial de Brasil será un momento de respeto de las diferencias.
"Estamos construyendo un país que respeta la diferencia. Quería decirles que el Mundial es un momento especial donde los pueblos se encuentran para una disputa lúdica en que la marca debe ser la convivencia armoniosa entre diferentes", dijo entonces.
La mandataria ha insistido en que el Mundial de Brasil, país en el que el 50,7 por ciento de la población es negra o mulata, será un evento contra el racismo.
Tinga fue blanco en febrero pasado de insultos racistas en Perú durante un partido de la Copa Libertadores entre el Cruzeiro y el Real Garcilaso.
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