Cerca de 30.000 almas estaban esperando a su aparición espectacular, que rompió decibelios y posibles tedios en un país donde esa sensación prácticamente no existe.
El máximo goleador de la Copa del Mundo, Ronaldo Nazário de Lima, fue homenajeado en el segundo desfile del Carnaval de Sao Paulo, donde la comparsa del Corinthians, su último club, representó las etapas de su vida a través de cinco carrozas alegóricas y 2.500 bailarines.
Durante los 65 minutos de recorrido, los diferentes bloques con sus respectivas carrozas se rindieron a los pies de "o fenómeno", poseedor de tres balones de oro y quien finalizó su carrera futbolística en el club más popular de Sao Paulo, el Corinthians, con el que sigue ligado en la actualidad.
Las escuelas de elite de Sao Paulo desfilaron del carnaval que se celebra en todo el país, al tiempo que las del Grupo de Acceso, una especie de "segunda división", lo hacen en Río de Janeiro y mañana y el lunes se invierte el protagonismo, con el Grupo Especial carioca y las aspirantes paulistas.
Minutos antes de la medianoche y al filo de que Pérola Negra, que abrió el desfile, diera sus últimos pasos, los banderines pintados de blanco y negro (los colores del club) empezaron a ser distribuidos en las gradas que esperaba ansiosa la salida de la comparsa.
Así, los Gavioes da Fiel (Gaviotas de la fidelidad), de seguidores del Corinthians abrieron los 530 metros del recorrido del sambódromo de Anhembi, en la capital paulista, con una primera línea formada por un malabarista que, lejos de andar, utilizó un aro para moverse por la calzada que diseñó el arquitecto brasileño Óscar Niemeyer.
Acompañándole, varios bailarines con sombreros en forma de gaviota, elemento que predominaría el desfile, danzaron al son del samba que recordaba los inicios de Ronaldo: "soñar es fantástico, el niño entonces soñó. Un ser alado, iluminado, bendecido por el amor".
Metros atrás llegaba la primera carroza que representaba la infancia del astro, su nacimiento en Río de Janeiro estuvo presente en los disfraces con el Cristo del Corcovado mientras que un niño de tamañas dimensiones que jugaba ocupado con un avión y un balón presidía la estructura.
El estruendo del público se hacía palpable cada vez que cualquiera de los participantes detenía su coreografía para improvisar unos pasos de samba y minutos después surgía la segunda carroza en la que Ronaldo ya estaba coronado como rey del fútbol.
El ex jugador del Real Madrid, Inter de Milán y Barcelona, entre otros, se encontraba sentado en un castillo enorme donde no faltó el menor de los detalles.
Tampoco se echó de menos al fútbol en los motivos que decoraban los disfraces y las carrozas, de esta forma, los balones de oro obtenidos por el 9 de Brasil fueron representados en otra de las estructuras.
Mientras, el público, de mayoría "corintiana", seguía a pies juntillas el estribillo del samba, y se desgañitaba cuando tocaba rememorar los goles del ex futbolista: "cuanto la gente grita gol, la red se balancea, es espectáculo", rezaba la música acompañada por fuegos artificiales.
Y el ansia se sentía en los asistentes que querían ver ya al ídolo local, a quien honraban hoy y que no quiso dejar a los suyos fuera del homenaje. Sus padres, sus hermanos y su novia le acompañaron en la última carroza, donde "o fenómeno" iba vestido, de pies a cabeza, de color dorado.
Traje, camisa, corbata y zapatos a juego, era inconfundible entre la carroza del mismo color que llevó además una pantalla en la que iban pasando fotos de su carrera deportiva.
Y la ovación cerrada llegó cuando Ronaldo Nazário de Lima se marcó unos pasos de samba desde lo alto de su carroza. Y ahí, casi se cae de alegría el sambódromo.
Cerca de 30.000 almas estaban esperando a su aparición espectacular, que rompió decibelios y posibles tedios en un país donde esa sensación prácticamente no existe.
EFE
Comparte esta noticia