El delantero de Internacional se sinceró en una entrevista con un medio brasileño y reveló los difíciles momentos que vivió cuando estuvo alejado de las canchas por un supuesto dopaje.
Se sinceró. Paolo Guerrero celebró en una entrevista su vuelta al campo con el Internacional brasileño y admitió que sufrió depresión tras la suspensión que le impuso la FIFA tras dar positivo en un control de dopaje.
"No quería volver a todo eso que viví porque fue un momento muy difícil, muy triste. Tuve depresión. No quería salir de mi casa, me quedé en Perú todo ese tiempo", afirmó el delantero en una entrevista al programa Fantástico de Globoesporte.
Paolo Guerrero, de 35 años, afirmó que no acudió a ningún especialista para tratar la depresión y que él mismo consiguió vencer la enfermedad gracias a su fuerza de voluntad. "Soy un jugador con 35 años, soy, sobre todo, un jugador de 35 años que tiene que aprender a lidiar consigo mismo. Y fue la fuerza de voluntad que tuve, pensar que nada puede afectarme, que tenía que luchar por mi inocencia. Fui inocente y no podía caer, porque vería a mis padres tristes", sostuvo.
El jugador pasó casi un año ausente en las canchas por la suspensión de la FIFA y regresó al terreno de juego el pasado abril en el encuentro del Internacional frente al Caxias en el Campeonato del estado de Río Grande do Sul, en el que marcó un gol que allanó la victoria del equipo de Porto Algere.
El peruano no competía profesionalmente desde el Mundial Rusia 2018, competición que según dijo jugó con frustración. "Tuve un castigo que fue muy injusto. Me quitaron de la Copa, porque para mí, no jugué la Copa. No jugué porque con diez días de preparación yo entrenaba solo en un parque. Los jugadores europeos - la mayoría de los jugadores jugaba en Europa- llegaron con 70 partidos, yo llegaba con tres", subrayó.
(Con información de EFE)
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