Grupos armados leales al expresidente Francois Bozizé se enfrentaron a los exrebeldes de Seleka que le derrocaron.
Al menos sesenta personas han muerto en el norte de la República Centroafricana durante una serie de enfrentamientos entre grupos armados leales al expresidente Francois Bozizé y los exrebeldes de Seleka que le derrocaron.
Según informaron hoy fuentes del Gobierno, los combates se produjeron durante este fin de semana en las inmediaciones de la ciudad de Bossangoa, donde se registraron numerosos actos violentos contra la población civil.
"Reconocemos los atropellos de los soldados, pero lamentamos también las violencia infligida por los asaltantes a los miembros de la comunidad musulmana en los pueblos ocupados", declaró a EFE el portavoz de la Presidencia, Guy Simplice Koudegue.
Según agregó, los grupos leales al exmandatario planean una operación "para reconquistar el poder" en la capital del país, Bangui.
Los combates y la violencia de soldados y guerrilleros están provocando el desplazamiento de la población civil hacia los bosques.
La coalición Seleka, compuesta por cuatro grupos rebeldes, se alzó en armas en el norte del país el pasado mes de diciembre al considerar que Bozizé no había respetado unos acuerdos de paz firmados en 2007.
En enero, se inició en Libreville un proceso negociador entre el Gobierno centroafricano y Seleka, que culminó con la firma de unos acuerdos de paz el día 11 de ese mes y que contemplaban un alto el fuego y una transición de un año con un Gobierno de unidad nacional, pacto que no satisfizo las exigencias de los insurgentes.
Los rebeldes retomaron la lucha el pasado marzo y finalmente derrocaron a Bozizé, nombrando presidente a su líder, Michel Djotodia, que encabeza un Gobierno de transición de meses que debería desembocar en la convocatoria de elecciones.
El mes pasado, la Fiscalía de la Corte Penal Internacional alertó de la comisión de crímenes contra civiles, del aumento de la inseguridad y del recrudecimiento general de la situación en la República Centroafricana, uno de los países más pobres del mundo.
EFE
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