En un cuaderno de los encuestadores encontraron el dibujo de unos ojos, nariz y boca. Este fue el detonante. Las explicaciones en la siguiente nota.
Cuando los encuestadores Luis Enrique Núñez y Hermelín Cerrón llegaron a Huaycán tenían entre sus pertenencias unos portafolios, documentos y cuadernos con los que se ayudaban en la labor. Los vecinos los confundieron con traficantes de órganos y estuvieron a punto de lincharlos, la policía los salvó de la golpiza.
Pero el detonante que hizo estallar la ira popular la tarde del jueves fue un dibujo. Cuando los tomaron como rehenes los revisaron y entre unas hojas encontraron un mapa de la zona por la que harían el recorrido y el dibujo de unos ojos, nariz y boca que, aparentemente, realizaron en un momento de ocio los trabajadores.
"Es un ojo, una nariz que parece de cadáver y una boca que parece un serrucho. Puede ser órganos, a la vista están traficando", dice al dominical Cuarto Poder uno de los pobladores que ve en ese garabato un mensaje clave. "Como están sacando órganos, ojos, da mucho que pensar un dibujo que hagan así", replica otra vecina del lugar. Núñez y Cerrón estuvieron a punto de ser golpeados por este esbozo.
Otras supuestas pruebas. Además, el croquis que tenían estaba resaltado en un colegio, lo que lleva a pensar que este era un mensaje de los supuestos traficantes para llegar a sus potenciales víctimas en el centro de estudios.
"Si son encuestadores, qué hace marcado un colegio. No van a ir a encuestar a un menor de edad, tienen que encuestar a un mayor de edad", dijeron. Al final hubo 34 personas detenidas que estarán 9 meses en prisión preventiva y que deberán responder por la alteración del orden público, la quema de vehículos, el cierre de vías y el ataque a la Policía Nacional.
Los encuestadores se defendieron y aseguraron ser inocentes. "Si la policía no llegaba nos mataban", comentó Núñez. La representación de un rostro pudo incluso costarles la vida a ambos.
Los disturbios iniciaron el último jueves, luego que efectivos policiales rescataran a dos personas que trabajaban como encuestadores y que estaban a punto de ser linchadas al ser acusados por los pobladores como “traficantes de órganos”, leyenda que fue difundida por las redes sociales.
Debido a que la población pensaba que la Policía “protegía” a los supuestos traficantes, comenzaron a atacar la comisaría de Huaycán, azuzados además por el rumor -también difundido por Internet- que adentro había menores descuartizados.
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