El niño terrible de la moda parisina, el diseñador Jean Paul Gaultier presentó lo que será su última colección Prêt-à-Porter.
Con un espectáculo por todo lo alto, con misses y confetis, el modisto francés Jean Paul Gaultier se despidió hoy del Prêt-à-Porter ante una calurosa audiencia que no quiso perderse la última colección del "enfant terrible" de la moda.
"¿Por qué voy a estar triste? En absoluto. Lo dejo porque voy a hacer otras cosas que también me interesan", explicó Gaultier a la prensa tras un desfile que supone el fin de una trayectoria de más de 38 años de carrera dedicada a la producción industrial.
Con una enorme sonrisa y el dinamismo que le caracteriza, explicitó su alegría por haber tomado esta decisión que le abre las puertas de una nueva etapa en la que podrá dedicarse a la Alta Costura y a colaboraciones con otras entidades.
Hace tan solo doce días, la casa propiedad del grupo español Puig anunció en un comunicado que cesaría de diseñar Prêt-à-Porter de mujer y de hombre para concentrarse en la alta costura y la perfumería.
Este "hasta luego", con el que se refirió Gaultier al evento, tuvo lugar en uno de los lugares donde siempre había soñado con desfilar, el Grand Rex, una de las salas de cine más grandes de Europa con un aforo de 2.800 butacas.
El espectáculo más esperado de la Semana de la Moda de París atrajo a numerosas personalidades de la industria textil y del mundo del espectáculo, entre las que se encontraban una gran cantidad de diseñadores, amigos y admiradores de la carrera de Gaultier, como Alber Elbaz, Nathalie Rykiel, Alexander Wang o Catherine Deneuve.
En la calle, se arremolinaron los curiosos que rindieron su particular tributo al modisto de 62 años vistiendo su icónica camiseta marinera de rayas blancas y azules.
Las invitaciones, en forma de banda de tela con los colores de la bandera francesa, ya advertían de que el desfile consistiría en la elección de Miss Jean Paul Gaultier.
Sobre el fastuoso escenario del Grand Rex, las modelos fueron bajando una escalinata propia de los musicales de Hollywood, ante la atenta mirada del presentador y de la actriz española Rossy de Palma, que actuó como madrina del acontecimiento y que, en un momento dado, se quitó el vestido y desfiló con un body.
Esta última colección contó con varios ejes temáticos, como la lucha libre mexicana o las periodistas de moda. También los hubo con un sabor muy francés -bandera y acordeón incluidos-, como el que giró en torno al Tour de Francia o a la camiseta marinera, todo un símbolo nacional.
Gaultier fue fiel a su trayectoria e invitó a la pasarela a deconstruidos trajes de chaqueta convertidos en asimétricos vestidos, llamativos brillos, chupas de cuero y explosivas mezclas de color.
La corona de Miss Jean Paul Gaultier -por la que también habían concurrido modelos de avanzada edad- recayó finalmente sobre Coco Rocha, quien fingió desmayarse tras conocer una noticia que se celebró con una lluvia de confetis dorados, disparados por dos cañones laterales como en las mejores películas.
El público en pie ovacionó al modisto que había planteado el fin de su Prêt-à-Porter "como una fiesta", puesto que le permite adentrarse en una etapa en la que espera no sentir tanta presión como hasta ahora y poder crear con mayor libertad. EFE
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