Muchos de los deportados han vivido durante años en Estados Unidos por los que no tienen ya familia o amigos que los apoyen en México.
El aumento de la seguridad fronteriza en EE. UU. y el número récord de deportaciones han provocado que la población de indigentes aumente en las ciudades fronterizas como Tijuana.
Muchos de los deportados han vivido durante años en Estados Unidos por los que no tienen ya familia o amigos que los apoyen en México.
Uno los casos es la historia de de Arturo González Padilla, que fue deportado hace dos años y desde entonces vive a orillas del río Tijuana junto a otros cientos de indocumentados expulsados.
Comparte esta noticia