El diálogo entre representantes del Gobierno colombiano y la guerrilla continuó en La Habana.
La muerte de once militares en un ataque de las FARC ha "lastimado" el proceso de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla, que cruzaron ayer en La Habana acusaciones y advertencias pero que coincidieron en su voluntad de continuar el diálogo para acabar con la guerra.
"El camino construido de confianza y esperanza ha sido lastimado", dijo Humberto de la Calle, el jefe de los negociadores de paz del presidente Juan Manuel Santos, al cierre del 35 ciclo de las conversaciones de paz y en medio de la tensión que ha generado en Colombia el ataque perpetrado por los insurgentes el pasado miércoles en el suroeste del país.
En una dura declaración, De la Calle atribuyó a las FARC la "responsabilidad exclusiva" de esa acción, acusó a la guerrilla de haber incumplido con su palabra y con su tregua unilateral indefinida y señaló que la credibilidad del grupo rebelde ha quedado en entredicho.
"No hay justificación para los sucesos que conmueven a todos los colombianos. Por el contrario, es una frustrante paradoja que, después de meses de trabajar en medidas para desescalar el conflicto y aliviar la situación de las comunidades que aún viven la guerra, suceda un hecho tan negativo", lamentó.
No obstante, De la Calle abogó por la continuidad de las conversaciones con la guerrilla porque "poner fin a la guerra es más imperativo ahora que nunca" y porque el diálogo es el instrumento que puede lograr ese objetivo "de la manera menos dolorosa, menos prolongada y, sobre todo, más firme y duradera".
Pero el Gobierno exigirá a las FARC "celeridad" en el proceso de paz, unas negociaciones que comenzaron formalmente en noviembre de 2012, que han logrado tres acuerdos parciales (desarrollo rural, participación política y narcotráfico), pero que aún tiene por delante los últimos dos puntos de su "hoja de ruta": la reparación de las víctimas y el fin del conflicto.
"La paciencia de los colombianos se agota (...) Mientras más dure el proceso, mayores son las posibilidades de que ocurran hechos que lo saquen de su curso o incluso le pongan fin", dijo De la Calle.
También quiso dejar claro que el diálogo no es un fin sino un medio y que el Gobierno colombiano no está dispuesto a permanecer "indefinidamente" en la mesa de negociación "ni a pactar a cualquier costo".
"Nuestro deber es buscar soluciones, pero sin sacrificio de las libertades, sin dejar de lado el Estado social de derecho", agregó.
Momentos antes de las palabras de Humberto de la Calle, los negociadores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) aprovecharon el cierre de ciclo para anunciar que mantendrán el cese al fuego unilateral e indefinido que declararon en diciembre mientras la guerrilla no sea objeto "del asedio permanente de las tropas".
EFE
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