Antón, como se llamaba el oso, había ingerido trozos de mochilas y chaquetas en enero, y en la autopsia apareció que además abía comido un muñeco de trapo. Él murió de heridas severas internas e inflamación.
Un oso polar murió después de comer una bolsa de plástico y el abrigo de un visitante al zoológico de Wilhelma en Stuttgart, en Alemania.
Personal del recinto se percató, después de varios días, que Antón, como se llamaba, empezó a toser, por lo que le dieron medicinas para provocarle vómitos; sin embargo, no pudo resistir y dejó de existir.
El oso polar ya había ingerido trozos de mochilas y chaquetas en el mes de enero, pero además en la autopsia apareció que había comido un muñeco de trapo. Antón, que tenía 25 años, murió de heridas severas internas e inflamación.
Este caso es el último en una serie desafortunada de muertes en el zoológico, a causa de comer objetos en sus recintos: Egon, un hipopótamo, muerto después de tragar una pelota de tenis y Charly, el último elefante marino en el zoo, muerto después de tragar un osito de felpa.
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