La estructura totalmente en arena del tamaño de un edificio de cuatro pisos fue erguida con la ayuda de máquinas de construcción en medio del llamado Camino Niemeyer, en Río de Janeiro.
Una empresa privada concluyó este martes la construcción de un castillo de arena de cerca de 12 metros de altura en Niteroi, ciudad brasileña ubicada en el área metropolitana de Río de Janeiro, que aspira a que sea incluida en el libro Guinness de los récords como el mayor del mundo.
La estructura totalmente en arena del tamaño de un edificio de cuatro pisos fue erguida con la ayuda de máquinas de construcción en medio del llamado Camino Niemeyer, un conjunto de edificaciones con fines culturales diseñado por el fallecido arquitecto brasileño Oscar Niemeyer que adorna el litoral de Niteroi y tiene como fondo la Bahía de Guanabara.
El castillo de arena construido por la subsidiaria de Caterpillar en Brasil supera en altura uno de 11,63 metros erguido el año pasado en Estados Unidos y que figura actualmente como el mayor del mundo en el libro Guinness.
Pese a todo el tiempo y el esfuerzo dedicados a la obra y al cuidado con su mantenimiento, la estructura será destruida este mismo martes una vez sea registrada por los enviados de Guinness.
En la obra concluida y destruida trabajaron seis operadores de máquinas junto a seis escultores.
Los datos sobre la altura definitiva del castillo y sus detalles tan sólo serán divulgados tras la obtención de la certificación de Guinness, explicó Archie Lyons, el director creativo global de mercado de Caterpillar, que coordinó el proyecto.
De acuerdo con el ejecutivo, la presentación del castillo como un nuevo récord sólo podrá ser anunciada en algunos días, cuando se divulguen los resultados de la medición hecha por los técnicos del Guinness World Records en la mañana de este martes.
El castillo fue construido con un tipo especial de arena mezclado con agua.
Según Lyons, la textura de la arena común de la playa no permite que la estructura se mantenga de pié.
Además del uso de un tipo de arena específico, la superficie del castillo fue regada con un material especial para garantizar que el viento no arrastre los granos.
"Y nada más. Todo el material usado es sostenible y, cuando sea destruido, todos podrán ver que la estructura no pasaba de arena y agua", afirmó.
La elaboración de la escultura fue parte de una estrategia de Caterpillar para, además de imponer un récord, conmemorar sus 60 años de presencia en Brasil.
EFE
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