¿Eres mamá y trabajas fuera de casa? ¿Alguna vez has pensado que todo lo malo que le sucede a tu hijo es por no estar en casa?...
Las madres de antes no trabajaban, hacían las tareas hogareñas, cocinaban y siempre se hacían un tiempo para hacer alguna otra cosa en su tiempo libre que les permitía ejercer su creatividad.
Las mujeres que trabajan muchas horas fuera de su hogar y además son madres, tienen una carga extra a la hora de ejercer su rol en el hogar. Bien se pueden compatibilizar las dos cosas. Acá hay unos tips que pueden ayudarte a optimizar el tiempo del que dispones:
Organización: el punto esencial que seas organizada. Si te resulta dificultoso serlo, para que te aconseje pide ayuda a tu asistente o a alguien cercano a quien le resulte sencillo tener sus cosas ordenadas. Que esté todo bien armado bien armado (por ejemplo, quién lleva y pasa a buscar a tus hijos por la escuela, qué harán ellos hasta que regreses al hogar, los días de compras en el súper – incluyendo las telefónicas, y demás actividades rutinarias) te dará la tranquilidad necesaria para que puedas rendir a pleno en el trabajo y llegar a tu casa de buen humor, lista para disfrutar en familia.
Equilibrio: define claramente qué es para ti el equilibrio. ¿Es realmente preciso que cocines todos los días, o que seas tú quien se encargue de la ropa sucia? Hay que saber delegar, no sólo en el trabajo. Delegar es un acto inteligente. Si estableces prioridades y compartes las tareas con tu marido o con las personas que te rodean, tendrás más espacio y energía para brindarles a tus hijos.
Culpa: Las madres que trabajan y pasan todo el día lejos de sus hijos llevan consigo un sentimiento de culpa permanente. Puedes dejarlas de lado, aunque sea un poco: como seguramente tus niños están a cargo de personas de confianza, pues relájate y ten en cuenta que lo que haces fuera de tu hogar (trabajar) es muy beneficioso para ellos, y no solo en términos económicos: una madre feliz y realizada en su parte profesional les transmitirá esta sensación a sus hijos.
Tiempo libre: esto significa, entre otras cosas, sin interrupciones. Las mujeres que trabajamos a veces no nos damos cuenta que tener el celular o la PC/Blackberry/I-Phone encendidos va en desmedro de la calidad del tiempo que compartimos con nuestra familia, ya que de algún modo seguimos pendientes de temas laborales y nos desenfocamos de lo que verdaderamente queremos disfrutar. Al llegar a tu hogar y los fines de semana, desconéctate de estos aparatos el mayor tiempo posible. Enciéndelos solo de a ratos, si es absolutamente necesario. Hace pocos años vivíamos sin tanta conexión y la calidad de vida familiar, en general, era mejor, había mayor comunicación.
Realismo: Sé realista con respecto a las metas que te fijas. ¿Puedes llevar a tus niños a la escuela todos los días? ¿Puedes asistir a absolutamente todos los actos escolares? Si te resulta imposible, disfruta los días que lo haces y planifica de antemano quién los acompañará cuando tú no puedas. Pueden ser familiares, padrinos, vecinos, gente que ellos quieran, para que vean que cuando tú no estás presente también los rodea una sensación de bienestar.
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